Ha
pasado Papá Noel, Olentzero, Yule, Tizón o Cepo de Nadal,
el Tió, Árbol de Navidad, la
cena de Nochebuena y la misa del Gallo, Fin de Año, uvas y campanadas, Santa Claus y Los Reyes Magos, el Belén, los
motivos e íconos navideños propios de las celebraciones del solsticio de invierno.

Queda
el recuerdo de quienes por la precariedad del momento quizás no han tenido nada
especial en esta noche, o que gracias a la generosidad de otros, han podido
disfrutar de ese momento de alegría, de sorpresa, de tierna felicidad en que un
sencillo juguete se transforma en un gran tesoro, aunque quede la duda de si a
casa volverá el trabajo, la tranquilidad en la familia, un mínimo de bienestar
y se terminará la precariedad en la que viven a expensas de la generosidad y
solidaridad de vecinos y asociaciones.
Queda el recuerdo y como bien dice la canción:
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
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