miércoles, 22 de enero de 2014

NADA ES VERDAD, NI MENTIRA



Los factores que influyen en la formación de las personas se fundamentan básicamente en  la familia y la escuela.
La familia es en donde los padres determinan el desarrollo de sus hijos. Los padres nos transmiten los valores,  creencias, actitudes, hábitos y normas básicas de convivencia y educación.
La escuela tiene la misión de transmitir a los alumnos, saberes, reforzar  los valores, actitudes, hábitos y normas prodigadas en el hogar. Nos forma como personas para enfrentarnos a la sociedad. 
Si bien estas dos instituciones, familia y escuela, son básicas en la formación, creo que se puede afirmar que el entorno, el hábitat, el lugar, las circunstancias y experiencias vividas influyen en la formación.
Con estas primicias cada cual forma su carácter, su personalidad y ante ciertas cuestiones puede ser más o menos imparcial y emitir un juicio sobre hechos según su criterio y formación.
Estar en lo cierto o no es un juicio que fácilmente emitimos a veces sin conocimiento de causa y movidos más por una cuestión visceral que un raciocinio o conocimiento del tema.
Así, ante noticias como la relacionada con la “doctina Parot” (apellido de un miembro de la organización terrorista ETA) o los hechos acaecidos en Burgos, en el barrio del Gamonal, y podría ir citando “nombres” de noticias de las que se nos informa o se nos muestran bajo unos puntos de vista y de opinión que difieren considerablemente según el medio o el “periodista” que lo describe u ofrece su opinión. Parece que permitimos impunemente que se nos mienta, que se tergiverse la realidad en beneficio de unos cuantos, desgraciadamente siempre en beneficio de los mismos. ¿Hasta cuándo?.
Quizás esto permite el aplicarse la  Ley Campoamor” que  se usa a modo de metáfora, o de recurso retórico, con que poder decir a alguien que ha hecho una interpretación interesada de algo. Dicha “ley” se basa en el poema “HUMORADAS”  de Ramón de Campoamor


HUMORADAS
Busqué la ciencia, y me enseño el vacío.
Logré el amor, y conquisté el hastío.
¡Quién de su pecho desterrar pudiera,
la duda, nuestra eterna compañera!.
¿Qué es preciso tener en la existencia?
Fuerza en el alma y paz en la conciencia.
No tengáis duda alguna:
felicidad suprema no hay ninguna.
Aunque tú por modestia no lo creas,
las flores en tu sien parecen feas.
Te pintaré en un cantar
la rueda de la existencia:
Pecar, hacer penitencia
y, luego, vuelta a empezar.
En este mundo traidor,
nada es verdad, ni mentira,
Todo es según el color
del cristal con que se mira
.

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