domingo, 5 de enero de 2014

NOCHE DE REYES



En una noche como la de hoy, noche de Reyes, uno de mis regalos, fueron estos versos, tal vez poco acordes con las métricas de la poesía pero que en aquel momento significaba mucho para mí el escribirlos.
Hoy, después de veintiséis años, quiero transquibirlos en este primer post del año para todos aquellos que de aquí, de allá, del norte, del sur, de cerca o de lejos se asoman a este lugar para curiosear o por distracción.  


Es la noche de la ilusión,
la noche de la fantasía,
noche de viva esperanza,
noche de gran alegría,
Cuando la noche termine,
cuando se escondan las estrellas
y la luna quede perdida en el cielo,
despertaran en las casas los niños
con cara de sueño y anhelo.

¿Qué habrá en mi casa?
¿Qué encontraran mis hijos?
¿Qué tendrá mi mujer?
Tantos días de tinieblas,
de triste amanecer,
quisiera que quedasen ocultos
en el más olvidado ayer.

Quisiera ofrecer una sonrisa,
una palabra, una mirada,
una esperanza, un beso,
una ilusión, un querer,
que la fantasía de los Reyes
nos pudiese traer:
un olvido total del pasado,
un nuevo amanecer,
quizás sin grandes promesas,
pero con gran ilusión.
sin papeles ni lazos de colores,
pero que brote del corazón.

Cualquier Rey nos puede dejar
esas palabras tiernas,
esas palabras amables,
esas palabras sencillas
llenas de profunda esperanza,
de ilusiones inefables
y que a todos maravilla.

Que no pase la noche
sin que se cumpla este deseo,
que nazca el día claro,
que nazca como espero,
que las gotas de rocío
asidas al cristal de la ventana
sean gotas de amor,
sean lágrimas olvidadas,
sean la felicidad del mañana.
 

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