viernes, 18 de noviembre de 2011

20-O UNA GRAN NOTICIA

La mayoría de las noticias con la misma celeridad que se emiten son suplantadas por otras. Esta velocidad de la información nos lleva a que con facilidad olvidemos aquellas que han sido eclipsadas por otras.
El pasado 20 de octubre posiblemente no se abrevie como 20-O pero el anuncio que hacia la banda terrorista ETA, de abandono de la lucha armada, creo que bien se merece una mención especial de 20-O, que no se olvide, que no sea suplantada por otras. Cuando el día se adentraba en la hora de vísperas, los teletipos emitían la noticia que desde hace muchos lustros todos esperábamos.
Hace ya muchos años que esperábamos esta declaración y a pesar de las inmediatas respuestas, refutaciones, especulaciones e incredulidades de algunos “sabios del país” llegaba, al menos, para mi, la tranquilidad y la esperanza de que no volveré a sentir el corazón encogido ni la impotencia ante el anuncio de un nuevo atentado de ETA. No volveré a sentir el sobresalto matutino al oír un atentado de una cuadrilla de fascistas. No tendré que hacer un nuevo minuto de silencio ante unos jóvenes que tampoco entienden el sin sentido de un atentado. No volveré a ver con los ojos humedecidos las imágenes del resultado de una barbarie sin razón.
Nunca la violencia, el asesinato, el terror, el fanatismo, el regicidio tiene una justificación y menos cuando quienes lo realizan lo hacen en nombre de una libertad que tiene todos ingredientes de los más radicales de los fascismos.
Lastima que los “sabios de turno” hayan cargado sus tintas contra el comunicado y tan creyentes como se muestran ante determinadas informaciones, en este caso, se muestren escépticos y pidan lo que solo el tiempo puede dar.
Hay medios de comunicación que llamaron “pamplina2 a la conferencia de Paz celebrada en el País Vasco con asistencia de relevantes y destacadas personas con el deseo de interceder por el final de ETA.
Han ridiculizado lágrimas de alegría por el esfuerzo, por el trabajo bien hecho. Han devaluado las manifestaciones de que ha sido un trabajo de todos los demócratas porque el gobierno de turno no es el de su signo político. Han difamado y han menos preciado a personas e instituciones tanto han luchado por conseguir llegar a este final.
Deseo que las victimas de estas barbaries no crezcan y aquellos que lo han sufrido en su entorno nos ayuden a todos a saber agradecerles lo que sus allegados han sufrido por la consolidación de la democracia y la libertad.
El perdón, la reconciliación, el final de este mal, seguro que llegará si nuestras gargantas no enmudecen y nuestra mente no olvida el “basta ya” que tantas veces públicamente o en privado hemos coreado.