sábado, 29 de abril de 2017

A AMELIA

El pasado 19 de abril  me llegó la desagradable noticia del fallecimiento de Amelia. Nuevamente me veo en la lamentable situación de admitir una triste realidad, la de la muerte de un ser querido, de una persona admirable con la que compartí muchas horas de trabajo, de tutoría, de formación, de tertulia, de distracción y, porque no decirlo, de discrepancias en determinados puntos de vista, pero que nunca mermaron y sí fortalecieron la relación de amistad que mantuvimos a lo largo de los años que compartimos juntos en la Escuela Jesuïtes El Clot, de Barcelona.
Emulando a Jorge Manrique escribo  ”sus grandes hechos y claros no cumple que los alabe, pues los vieron, ni los quiero hacer caros, pues que el mundo todo sabe cuáles fueron”. Pero si que quiero destacar que siempre se mostraba presta a ayudar y servir en todo. Siempre estabas abierta a comentar tu orgullo como esposa, como madre, como abuela, como amiga y como maestra a la que todos la recordamos como una gran persona, con un corazón enorme.
Remonto mi mente al pasado y no puedo por menos que recordar tus explicaciones detalladas de los viajes realizados. Los cursos de formación a los que en diferentes puntos del país asistimos.  Los ensayos y puesta en escena de las obras de teatro con aquellos profesores a los que “enredaste”, que confiamos en ti para dar un poco más de lo que llevamos dentro, para hacer más amena y gratificante nuestra vida entre pupitres, aulas, taller, pizarra y alumnos que año tras año instruimos y formamos con entrega y dedicación máxima.
Tu partida, tu ausencia física, nos deja un gran vacío pero nos llena el corazón todo cuanto en vida nos has dado y enseñado, gracias Amelia por todo lo que hemos compartido a lo largo de tantos años. Estoy convencido que Dios te acogerá en su gloria, desde allí asístenos.
Deseo una vez más, como en momentos similares, hacer míos los versos de Miquel Martí i Pol y decirte que:
Parlem de tu, però no pas amb pena. senzillament parlem de tu, de com ens has deixat, del sofriment lentíssim que va anar marfonent-te,  de les teves coses i també dels teus gustos, del que estimaves i el que no estimaves, del que feies i senties; de tu parlem però no pas amb pena.
I a poc a poc esdevindràs tan nostre que no caldrà ni que parlem de tu per recordar-te; a poc a poc seràs un gest, un mot, un gust, una mirada que flueix sense dir-lo ni pensar-lo”.
Hablamos de ti, pero no con pena, sencillamente hablamos de ti, de cómo nos has dejado, del sufrimiento lentísimo que fue mal formándote, de tus cosas y también de tus gustos, de lo que amabas y de lo que no amabas, de lo que hacías y sentías; de ti hablamos pero no con pena.
Y poco a poco acontecerás tan nuestro que no hará falta ni que hablamos de ti para recordarte; poco a poco serás un gesto, una palabra, un gusto, una mirada que fluye sin decirlo ni pensarlo.
Cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando…

domingo, 23 de abril de 2017

SANT JORDI, LEYENDA Y TRADICIÓN

Las leyendas según la definición del Diccionario de la lengua española es: Una narración  de sucesos fantásticos que se transmite por tradición. Estas leyendas han dado pie a determinadas tradiciones y así, a mi entender, la tradición que se vive el día de Sant Jordi en Catalunya y que consiste en regalar una rosa y un libro, se basa en la leyenda que narra la proeza de un hermoso caballero que salvó a una princesa. A la grupa de su caballo el  hidalgo arremetió contra un dragón dejándolo gravemente herido. El basilisco se sometió al caballero que le ató el cinturón de la princesa al cuello. La joven, cogió el otro extremo y llevó a la bestia hasta las puertas de la ciudad. Allí, a la vista de todos, el caballero remató al dragón y de su sangre creció un rosal del que brotaron rosas rojas. Jorge o Jordi, que era como se llamaba el héroe, cortó la rosa más bella y se la entregó a la princesa.”
Sin lugar a duda hay más leyendas al respecto pero, para mí, lo más significativo es el hecho de que los hombres regalan a las mujeres una rosa roja, como símbolo de pasión, con una espiga que simboliza la fertilidad. También la tradición establece que la mujer regale al hombre un libro, ya que en este día  23 de abril, festividad de San Jorge se conmemora la muerte de Jorge de Capadocia (San Jorge) y es también el Día Internacional del Libro por ser coincidente el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616.
En ciudades y pueblos de Cataluña, y más concretamente en Barcelona, es un día festivo con múltiples actos como: visitas especiales, puertas abiertas, ferias literarias, firma de libros, manifestaciones de cultura popular, paseos, presentaciones, conciertos, entre otras. La ciudad se engalana de rosas, se perfuma de su aroma mientras que una gran multitud de personas toman las calles más populares, en especial La Rambla y Rambla Catalunya, para pasear entre rosas y primicias literarias, que suelen firmar sus autores.
Con ternura, con cariño, con amor, con alegría, con bullicio, se celebra este día del que J.M. Serrat, en su canción “Els vells amants” (Los viejos amantes) lo reseña como algo importante de la vida de los ancianos amantes, con estas estrofas:
“I per Sant Jordi ell li compra una rosa,
embolicada amb paper de plata.
I per Sant Jordi ell li compra una rosa,
mai no ha oblidat aquesta data...”

“Y por San Jorge él le compra una rosa,
envuelta en papel de plata.
Y por San Jorge él le compra una rosa,
nunca ha olvidado esta fecha...”

Ojala no se pierda esta tradición, sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y se extienda por todos los lugares como signo de amor, de hermandad, de fraternidad y de cultura.

miércoles, 5 de abril de 2017

LA SEMANA SANTA

De Norte a Sur, de Este a Oeste en nuestro país, que se considera desde 1978 un estado aconfesional, se va a estremecer, a remover en una nueva Semana Santa.  Nuevamente se celebrará con la salida a la calle de procesiones organizadas por hermandades o cofradías. Estas manifestaciones de creencia están influidas o basadas en una tradición ancestral, que a su vez está ligada con las costumbres de cada región, de cada pueblo, de cada lugar.
Las ciudades, pueblos y villas de nuestra geografía se han ido preparando durante todo el año para estos días de Semana Santa que unos viven de descanso y vacaciones y otros con más o menos devoción, fervor y fe viven estas fechas siguiendo los actos que marca la liturgia. Unos, los aconfesionales se suman a la “fiesta” para así tener unos días de asueto y diversión. Otros parece que desean salir a las calles en estos actos públicos para demostrar o manifestar su catolicismo, sus convicciones, su religiosidad. Estos días que nos llegan con aires de cofrades tienen, para mí, algo especial, místico, piadoso e incluso mágico.
Algunas de estas celebraciones, en lugares concretos como: Sevilla, Valladolid, Zamora, Málaga y Cuenca han recibido reconocimiento de Interés Turístico Internacional o Nacional e incluso alguna, se encuentra en la lista de candidatas a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad,  como si de un festival trivial se tratase, perdiendo así todo el carácter religioso que, a mi forma de pensar, han de tener estas celebraciones.
De Norte a Sur, de Este a Oeste en estos días con fervor, con devoción, con respeto, en las grandes y populares ciudades y en los pueblos más recónditos, en sus calles empinadas, empedradas o llanas y sencillas,  volverá a hacerse silencio, retumbará el son de campanas, de trompetas y tambores, se inundarán de olor a incienso y cera mientras perduran, un año más, las rivalidades entre las diferentes cofradías y hermandades que la gente en silencio profundo contemplan.
De Norte a Sur, de Este a Oeste volverán en estos días la "rompida de la hora", los Picaos, las procesiones “clásicas” de: el Domingo de Ramos, el Santo Encuentro, la Santa Cena, la Crucifixión,  de La Dolorosa, el Descendimiento, del Santo Entierro entre otras. Todas ellas recorrerán las más variadas calles de los lugares propios mostrando, en muchos casos, que son verdaderos autos sacramentales.
De Norte a Sur, de Este a Oeste quizás hemos olvidado, el huerto de Getsemaní, las negaciones de Pedro, a Barrabás, a Simón el Cirineo, el Gólgota, a José de Arimatea, y a tantos otros protagonistas que los evangelistas Mateo, Marcos, Lucas o Juan, narran y describen sobre la Pasión Muerte y Resurrección de Cristo. Quizás no sepamos o recordemos ya lo que significa “El Vía crucis”, “El Sermón de las Siete Palabras” o aquel grito de dolor, de desesperación, de agonía “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. No olvidemos todo y recapacitemos sobre quiénes somos y hacia dónde vamos porque eso creo que ha de de ser la Semana Santa