viernes, 8 de junio de 2018

A NUESTRO QUERIDO ANTONIO ZÁRATE GÓMEZ

Hola Antonio! Hoy he sabido de tu paso de la vida a la muerte. Hoy me he quedado consternado al saber de tu tránsito a la otra parte de la vida. Hoy he leído tu última notificación en este lugar el 11 de abril, fíjate que poco tiempo hace, aquel día nos hablabas de tu fuerza, de tu esperanza, de tu espera a los acontecimientos y, después de tanto sufrimiento, hoy te ha tocado dejar de agarrarte a la vida.
La verdad es que la última vez que hablamos noté por el teléfono tu voz fatigada, quebrada, cansada, no sentí tu peculiar alegría al hablar, ya no me comentaste de la comida que pensabas hacer para tu hijo y para ti, solo me expresaste la dificultad que tenias para ingerir el más mínimo alimento y como la enfermedad te iba consumiendo poco a poco en tu casa, porque ya, en el hospital era un poco inútil el estar. Parece que para tus postreros días habías elegido el lugar donde tantos días disfrutaste de la vida, allí, rodeado de recuerdos, de tus pinturas, de tus cosas, de tus plantas, de tus flores, de todo aquello que habías conseguido en la vida, hoy dejabas de verlo y disfrutar de ello.
Tu partida, tu ausencia física, nos deja un gran vacío pero nos llena el corazón de todo cuanto en vida nos has dado y enseñado, gracias Antonio por todo lo que hemos compartido a lo largo de tantos años. Estoy convencido que Dios te acogerá en su gloria, desde allí asístenos.
Deseo una vez más, como en momentos similares, hacer míos los versos de Miquel Martí i Pol y decirte que:
Hablamos de ti, pero no con pena, sencillamente hablamos de ti, de cómo nos has dejado, del sufrimiento lentísimo que fue mal formándote, de tus cosas y también de tus gustos, de lo que amabas y de lo que no amabas, de lo que hacías y sentías; de ti hablamos pero no con pena.
Y poco a poco acontecerás tan nuestro que no hará falta ni que hablamos de ti para recordarte; poco a poco serás un gesto, una palabra, un gusto, una mirada que fluye sin decirlo ni pensarlo.
-Antonio, con estas sencilla palabras deseo transmitirte que todos te hemos querido y te seguimos queriendo. Creo que has logrado tus objetivos en la vida y, por lo tanto, no me extraña tu ausencia porque te has marchado con la MISIÓN CUMPLIDA...!!!
Cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando…