martes, 24 de mayo de 2016

SEIS MESES Y…

Han pasado seis meses y algunos días, que parecen muchos, una eternidad, pero lo que me parece difícil es determinar a partir de qué día contar el tiempo transcurrido. ¿Desde el día que supimos el diagnóstico? ¿Desde el día de la intervención? ¿Desde el día de la primera sesión de quimioterapia?. Quizás ahora eso es un poco indiferente y lo más relevante es que ya sólo nos quedan tres sesiones de quimioterapia, un descanso, e iniciaremos las sesiones de radioterapia que, de momento,  ignoramos cuantas serán, pero el tiempo y la predisposición nos permitirán ir superando estas dificultades, estos contratiempos, estos momentos “eternos” que poco a poco nos aproximan al final de todas las pruebas médicas, burocracia, desplazamientos, cansancio, tristeza, impotencia y un largo etc.
No, no os voy a mentir, aunque los resultados de las pruebas nos llenan de confianza y nos animan a continuar por este lado del camino, vivimos con cierto temor, con cierta angustia, con cierto miedo, a veces más, a veces menos, pero intentando no caer en el desánimo, el desaliento, el pesimismo, la desilusión y es que realmente no tenemos motivos porque en todo este tiempo, seis meses y… nos hemos hecho fuertes y día a día constatar que, a pesar de los malos días después del tratamiento, ya podemos decir que lo estamos superando, nos agarramos a la vida con fuerza, siempre estamos dispuestos a saborear y disfrutar del momento porque vale la pena, porque pronto todo será pasado.
El tiempo me está demostrando que es el mejor antídoto para paliar lo que estamos viviendo. Pronto dejaremos de oír ese pitido que emite la “máquina” de quimioterapia. Pronto dejaremos de ver a ese personal sanitario entregado al máximo a los pacientes que ocupan la sala un tanto inhóspita, pero en la que a veces, mientras ella está siendo atendida, pienso que la estancia se invade de una densa nube de esperanza que se cierne sobre los que allí convivimos unas horas de pesadumbre aunada con anhelo.
Es para mí un tanto difícil  narrar, describir, explicar cómo percibo el esfuerzo cotidiano de esa mujer a la que no le suelto la mano tierna y suave, la mano de compañera, ni un instante. La mano de esa esposa, que con animó acepta su situación, su dolencia, su diagnóstico y de reojo se mira en el espejo esperando un mejor mañana.  En serio, estoy muy orgulloso de ella, de lo que cada día me transmite y, a la vez, orgulloso de los que día a día muestran su apoyo, su interés, su ayuda. A veces siento que son pocos, pero intento entender que todos tienen sus problemas y es más fácil que nos centremos en los nuestros que en los de los demás. Tal vez ellos también sientan mi ausencia, a pesar de que todos saben que tanto ella como yo siempre estamos, siempre nos encontraréis.
Seis meses y…no quiero repetirme, pero continúo soñando en el día que nos digan: “!Ya se ha curado!". Llegará, ese día, ese momento, tiene que llegar. Y eso también me motiva a continuar el camino y volvernos a coger las manos como siempre lo hemos hecho, mirarnos y en esa mirada descubrir que nos lo decimos todo, no es preciso decir más, no hay que decir nada, ninguna palabra, no he de preguntar: ¿estás bien? ¿hoy no te duele nada?. Sobran las palabras y vuelven a crecer las flores en el camino de la vida.

viernes, 6 de mayo de 2016

JEREZ Y SU FERIA

Jerez de la Frontera, la ciudad aristocrática y popular, la urbe noble, señorial y popular, la capital ecuménica del vino, del caballo y del flamenco vuelve a vestirse de fiesta, de color, de guirnaldas y farolillos en su recinto ferial, el parque González Hontoria, retorna la anual y tradicional Feria del Caballo, rememorando lo que antaño fue una feria de comercio equino.
Días que permiten homenajear así a un animal sociable y ligado a las tareas agrícolas de la zona, arado, siembra, siega, trilla, vendimia…, si bien, y a día de hoy, el caballo está reservado al paseo, el tiro de carruajes y a diferentes actividades deportivas y de ocio, adquiriendo gran relevancia la cría y doma de animales de pura raza española en yeguadas de renombre universal como es la Yeguada de la Cartuja - Hierro del Bocado, calificada como la principal ganadería del mundo dedicada a la mejora del caballo español de pura raza y la estirpe cartujana en particular, línea de cría del caballo andaluz cuyo nombre proviene de la Cartuja de la Defensión, ubicada en esta ciudad.
El albero volverá a transformarse en polvo al ser batido  por el viento de levante o al ser aplastado por los visitantes, por los caballos, por las calesas  tiradas por troncos que lucen  atelaje «de collerón» o de «pechera»  vistosos y relucientes propios para la ocasión, para ser lucidos y admirados por eruditos y profanos que ven desfilar por el recinto del ferial una formación digna de conocer, admirar, contemplar y elogiar.En esta feria vuelven, una vez más, las bulerías, con un compás ligero y redoblado, legado de magníficos artistas jerezanos y que los caseteros, harán audibles durante estos días y el público asistente bailará al compas de ese palo flamenco, el más típico de Jerez de la Frontera  haciendo que la Feria del Caballo sea también por bulerías. Música que se entremezcla con el bullicio de las gentes y la propaganda de los “cacharritos”, de los puestos de venta de turrones, buñuelos, juguetes etc.
En bares, tiendas, trabajo o en los encuentros casuales por la calle, se comenta el ir y venir de la feria, lo anecdótico del lugar, el “rebujito” el alumbrado, el engalanado de las casetas y las viandas que en ellas se sirven y se elaboran en la trastienda cuyo ajetreo y algazara de enseres de cocina es constante para poder tener a punto los guisos de garbanzos, de papas con choco, las tortillas de papas, los pimientos fritos, los montaditos, los platos de jamón ibérico, chacinas, gambas, queso, y algunas variedades de tapas.
El próximo sábado, la luna nueva dejará ver las estrellas encendida alumbrando el ferial y la noche se verá sorprendida y rota por los fugaces resplandores y el estruendo  de los fuegos artificiales que iluminarán la noche, y que ponen fin a estos días de feria.
Los cohetes estallarán como suspiros en la noche, como suspiros de las gentes que entre bulerías y palmas, ir y venir por el ferial, constatan que ya pasó la alegría, el bullicio, que han modificado por unos días su modo de vida, olvidado sus preocupaciones y retornará a la realidad del día a día de una ciudad inmersa en un elevado porcentaje de paro que refleja una desigualdad social preocupante.