miércoles, 28 de agosto de 2013

CURVA DE ANGROIS



Los hechos acontecen y no tengo la capacidad de poderlos recopilar, tratar o discernir sobre ellos como me gustaría.
Se han cumplido treinta y cuatro días desde el fatídico accidente del tren ALVIA en la llamada “curva de Angrois”  en Santiago de Compostela el 24-Junio a las 20:41h. Accidente ferroviario que salta a los informativos causando una profunda conmoción en el país que a través de TV observa minuto a minuto los detalles de la tragedia acompañada de comentarios de todo tipo. Comentarios variopintos especialmente sensacionalistas y condenatorios dirigidos principalmente y como siempre al más débil, el maquinista, que ha salido con vida de tan dramático accidente. ¿En pleno siglo XXI, con toda su tecnología, la seguridad de un tren de velocidad alta depende solamente del factor humano?
En un primer momento, algunos medios hablan de un atentado. Otros informativos hablan de un fallo humano. Se dice categóricamente “la culpa es del maquinista” “que al maquinista le gustaba correr”  y aparecen “expertos sabelotodo” que no dejan de emitir debates y proferir palabras y opiniones increíbles pero impactantes y sensacionalistas que sólo muestran su incultura ferroviaria, desorientando al público en general y dentro del ánimo partidista y sensacionalista de dar carnaza a los incondicionales del morbo.
He llegado a oír comparar un tren con un coche, que es como comparar un elefante con una hormiga y a medida que se esclarecen los hechos se constata que las medidas de seguridad básicas eran inexistentes y se deja en evidencia que una sola circunstancia, la atención a una llamada telefónica al maquinista, no produce un accidente.
Nadie dimite, nadie es claro hablando, nadie acepta responsabilidades y se toman medidas, una vez más, después de una tragedia que si los sistemas de seguridad hubiesen sido los adecuados, difícilmente hubiese tenido lugar.
Hay las fotos de rigor con rostros de facciones compungidas y en las que no falta ninguno de los que “están con el dolor del pueblo” vestidos para la ocasión y con cara de entender algo de lo que no entienden nada. Mientras, unos héroes anónimos, los vecinos de Angrois, se recuperan de los momentos vividos y las familias de las víctimas se dispersan hacia sus lugares de origen llevándose el dolor, la pena, la resignación, los sueños e ilusiones rotas, truncadas y unos destrozados enseres personales de quienes viajaron hacia un destino inesperado. A las víctimas y familiares transmito mi pesar con el deseo de que la justicia sea verdaderamente justa con ellos.

miércoles, 14 de agosto de 2013

VACACIONES EN FAMILIA



El titulo puede inducir a pensar en esos anuncios que bajo este titular ofrece eslóganes como: “Goce de unas vacaciones diferentes con sus hijos”. “Disfrute con los suyos de un ocio de calidad” o similares. Pero no, no quiero hablar de estos anuncios ni parecidos. Quiero expresar lo que han sido unos días compartidos con una parte de la familia.
Esta merecida época de descanso o como define el Diccionario de la lengua española Descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios”, cada cual se la organiza a su manera y si en un tiempo no se entendía “las vacaciones” si no se hacia un viaje a un destino desconocido, es muy gratificante la alternativa de visitar a la familia.
En estos días de descanso hemos participado y compartido días en familia, hemos visitado y podido acoger en casa a personas que nos han aportado unos días de diversión, de distracción, de felicidad, de alegría, de compartir, de charla, de recordar tiempos de la vida pasada y constatar que a veces estas vivencias son mucho más gratificantes que otro tipo de actividades de las que se desarrollan en vacaciones.
Quienes nos han visitado, nos han dejado la riqueza de su visita, de su gratitud, de su sinceridad, de su alegría, de su saber. Han sido personas que nos han brindado la oportunidad de conocerlas mejor, de sincerarse, de constatar el valor de la palabra del dialogo, de reforzar vínculos, de compartir inquietudes, de vivir en familia.
A la hora del adiós, de la despedida y fundirnos en un abrazo hemos sentido su sincero agradecimiento en unas. Otras junto al abrazo, nos han obsequiado con un regalo inesperado, novedoso, original, imprevisto, excepcional, un escrito que dice así:
“Poco podemos deciros después de las conversaciones intimas, por cada uno de nosotros, que han sido un regalo de confianza, respeto y cariño, así pues, queremos mostraros, una vez más, nuestro agradecimiento por vuestra acogida, nos hemos sentido integrados desde el primer momento. Queremos recordaros que podéis contar con nosotros para reír y llorar, tener la plena seguridad que todo queda en nuestra discreción. Muchas gracias”.
Gracias a todos vosotros por cuanto nos habéis hecho vivir con vuestra compañía durante estas vacaciones en familia.