Las calles de Jerez se quedaron en silencio después de haberse celebrado en el circuito jerezano el Campeonato del Mundo de MotoGP, pero a renglón seguido esas calles, este domingo de mayo vuelven a llenarse de bullicio, de gente que transitan hacia el recinto ferial donde se abrirán sus puertas con el tradicional encendido del alumbrado.
Las
engalanadas y adornadas casetas forman las calles del recinto que se revisten con
flores, guirnaldas y farolillos. Casetas de libre acceso que ofrecen en su
interior la posibilidad de degustar los productos tradicionales para la ocasión
y propios de la tierra regándolos con vino
fino o cerveza, mientras se oyen y se bailan sevillanas en un entorno de
alegría y esparcimiento que parece convertir el lugar un gran tablao
La
ciudad del caballo festejará durante esta semana la tradicional Feria del Caballo, homenajeando así a un animal sociable
y ligado a las tareas agrícolas de la zona, si bien en la actualidad ha pasado
a ser reservado al paseo, el tiro de carruajes y a diferentes actividades
deportivas y de ocio, adquiriendo gran relevancia la cría y doma de animales de
pura raza española.
La
Feria del Caballo es de origen muy
antiguo. siendo en sus inicios mercado ganadero, evolucionando a través de los
siglos hasta convertirse en la forma actual que está declarada de Interés
Turístico Internacional siendo, junto con la Semana Santa, una de las mayores y
más importante fiestas de la ciudad, lo que atrae a gran cantidad de visitantes
para disfrutar de variadas y vistosas actividades y disciplinas hípicas
programadas, como concursos internacionales de saltos, doma, rally hípico,
exposiciones de ganado selecto o subastas, paseo por las calles del recinto
ferial de jinetes, amazonas y carruajes convirtiendo el lugar en un majestuoso
e inigualable espectáculo digno de observar.
El próximo domingo, bajo la luz de la luna menguante y encendidas
las estrellas, la noche
se verá sorprendida y rota por el fugaz resplandor de los fuegos artificiales que iluminarán la noche y que indican que la
feria ha terminado, todo volverá a la cotidianidad. Los cohetes estallarán como suspiros en la noche,
como suspiros de las gentes que entre las sevillanas y las palmas han
modificado, en el recinto ferial, el vivir de un pueblo en un ambiente
de alegría y diversión extraordinario que parece transformar la realidad del
día a día de una ciudad inmersa en un elevado
porcentaje de paro incidiendo en una desigualdad social preocupante que mínimamente
se va paliando con la solidaridad de las gentes.