miércoles, 17 de diciembre de 2014

PORQUE...ES NAVIDAD

Porque aunque pase el tiempo, el recuerdo de lo vivido perdura.
Porque no pronuncio vuestros nombres, aun se perpetúan en mi mente.
Porque mis cabellos se tornaron blanquecinos, no olvido el tiempo pasado.
Porque mis manos se arrugan, recuerdo el tiempo que trabajamos juntos.
Porque mi mirada se ha tornado algo más triste, aun deseo arrancaros una sonrisa.
Porque mi mente tiene olvidos, no me olvido de amigos y compañeros.
Porque a pesar de no cruzarnos por los pasillos, me acuerdo de vosotros.
Porque el sol nace cada día, es preciso abrir bien los ojos para verlo.
Porque el horizonte es luz, guía tu camino hacia el horizonte.
Porque alguien en la noche enciende las estrellas para ti, míralas sin que te deslumbren.
Porque nada ni nadie puede robarnos la esperanza os deseo esperanza en estos días.
Porque la vida con felicidad es más intensa, os deseo felicidad toda la vida.
Porque luchar por la libertad es preciso, os invito a seguir en la trinchera.
Porque he aprendido de vosotros, quiero agradecerlo a todos los que se han cruzado en mi vida
Porque son días de recuerdos, es bueno recordar a los que ya transitan por el otro camino de la vida
Porque la vida es un gran don, vívela cada día con la mayor de las alegrías.
Porque mañana quizás olvidemos a los pobres, es preciso sentirse pobres.
Porque mañana ya Jesús habrá nacido, dispongámonos hoy para ello.
Porque el camino hacia esta Navidad parece sinuoso, abogo por un sendero de esperanza hacia el Nuevo Año
Por eso y por tantas y tantas cosas, os deseo lo mejor de la vida en estas fechas y siempre.
https://www.youtube.com/watch?v=BHTFLeEWoeI


jueves, 11 de diciembre de 2014

UNA VEZ MÁS


En  mi ya larga estancia  en esta  vida he  aprendido  muchas  cosas, algunas   de  ellas a fuerza de estudio, trabajo, tesón, empeño, ahínco y fuerza de voluntad. Otras me las ha ido enseñando la misma vida a lo largo de estos  sesenta y siete años recién cumplidos que me han aportado experiencia, objetividad, madurez y a saber relativizar los momentos y las situaciones.
 Una vez más no me es sencillo hacer un breve repaso y apreciar que es lo más importante que he aprendido en este tiempo, y que es fácil aplicar frases conocidas, pero quizás no es tan factible percatarse de que efectivamente si lloras porque se oculta el sol, las lagrimas no te dejaran ver las estrellas. Lo que si tengo claro es a no ampararme en  que cualquier tiempo pasado fue mejor, porque cada tiempo tiene su grandeza, su esperanza, su alegría, su felicidad a pesar de constatar que con el paso del tiempo las ausencias de los seres queridos son mayores, que son pocos los amigos que van quedando pero es gratificante y necesario manifestarles cuánto los queremos como yo lo he podido experimentar en este día de mi cumpleaños, en el que me he sentido muy querido y acompañado y no sólo por quienes tengo cerca, sino que desde la distancia me han transmitido esos deseos de felicidad que todos deseamos vivir y compartir.
Hoy veo mejor que junto a mi tengo una vela;  esa luz que te guía, que te acompaña en cada paso del día a día, que sabe iluminar tu cara y que sabe dibujar tus sombras.  Que es cálida, que en torno a ella recrea un  nuevo hogar.
Hoy veo mejor que frente a mi tengo un espejo; ese reflejo, que siempre está contigo, que a veces lo buscas y a veces lo huyes, pero que te tranquiliza tanto que siempre esté ahí.
Una vez más he podido constatar que mis hijos son mi mundo, pero que sus mundos tienen otros nombres sin que ello signifique olvido o desapego, simplemente es aceptar la realidad que la vida nos presenta.
Una vez más me siento dichoso de poder verificar que la felicidad no consiste sólo con estar al lado de alguien, sino en saber compartir con esa persona esos momentos de convivencia, de felicidad y saber enamorar cada día a quien me acompaña en mi vuelo cotidiano.
Una vez más me veo una persona afortunada porque he sabido aprender de quienes he tenido y tengo a mi lado y a todos doy gracias por compartir su vida conmigo y permitirme seguir aprendiendo de ellos y con ellos.

lunes, 8 de diciembre de 2014

EL OCHO DE DICIEMBRE


El día de hoy ocho de diciembre, era un día particular, un día que me gustaba, era un día señalado en rojo en todos los almanaques, día de fiesta, España inicialmente se celebraba el Día de la Madre y en mi casa, en mi familia, esa fiesta era un tanto particular, peculiar, especial, por coincidir con el cumpleaños de mi madre.
En los tiempos de mi niñez, recuerdo vagamente como celebrábamos aquel día de fiesta en aquella aislada, inhóspita, estación de Piñar, cuyos alrededores formaron parte de mis juegos infantiles, de mi conocimiento del campo, de mi afición a los trenes y de tantos y tantos recuerdos que me vinculan y evocan al recuerdo de mi padre.
El día del cumpleaños de mi madre siempre ha sido un día de reunión familiar. Recuerdo de forma particular cuando vivíamos en Piñar (Granada). Por aquel entonces, degustábamos las rosquillas, los polvorones, el arroz con leche, los flanes que con los escasos recursos  que por aquel entonces se disponían, mi madre y mi padre elaboraban con diligencia y dejándonos participar como si de un juego se tratara. La casa se llenaba de vecinos y entre brindis, risas, carcajeos, cantos y bailes pasábamos las horas de la tarde noche.
En otras fechas, las que permanecí en el internado, el día lo pasaba inmerso en el recuerdo de años pasados y añorando el no poder vivir en familia lo que en otros tiempos había vivido.
Con el tiempo, y siguiendo, como si de una tradición se tratara, esa fecha era cita obligada a la comida en casa de mi madre donde nos reuníamos, hijos, yernos, nueras, nietos, sobrinos y donde no faltaba la comida que tenia aquel sabor y olor a manos de madre. Madre que alzaba su voz para programar las cercanas fiestas de la Navidad.
Ahora, hoy, sólo me quedan recuerdos entrañables, el recuerdo de lo vivido, un recuerdo con sabor a nostalgia pero lleno de anécdotas felices que figuran en las fotos familiares y en un lugar recóndito de mi memoria donde perdura todo aquello que es tan especial en mi vida