viernes, 23 de noviembre de 2018

EL CUÑAO


Hay veces que en la vida vives momentos que quisieras retener para siempre y otros que no desearías vivir, y hoy he tenido que vivir uno de esos momentos indeseables y no quiero ni debo dejar pasar mi recuerdo a Antonio“el cuñao” La muerte de alguien nunca resulta indiferente y menos en este caso, cuando desde la distancia la siento cerca, LA PERDIDA DE mi cuñao, como desde hace tiempo nos llamábamos. Él era una gran persona, trabajadora servicial y bondadosa con la que tantos momentos gratos y menos hemos compartido, porque él siempre estaba ahí para ayudar, para prestar su ayuda y su saber. A mi me sorprendió en más de una ocasión con su prontitud en la resolución acertada de circunstancias adversas.   Cuñao nunca te olvidaré y que sepas que quizás nunca te lo he dicho, te he admirado desde que te conocí en mi edad temprana en aquel pueblo donde fuimos vecinos. De ti podría hablar muchas cosas, pero lo que más recuerdo es tu gran cariño a los tuyos, tu desinteresada ayuda a todos y tantas y tantas cosas que hacen que en estos momentos no sepa detallar, pero que todos los que hemos estado a tu lado hemos vivido a lo largo de todos estos años en que te hemos tenido la dicha de tenerte cerca.
Por todo esto, por las tantas palabras que nos has transmitido, gracias CUÑAO allá donde estés quiero hacerte llegar todas las palabras que no te dije en otros momentos, en otros días y que sepas que me quedo con todo lo que nos distes, con el recuerdo del ÚLTIMO abrazo que nos dimos en su momento y siento mi mano estrechando la tuya.
Tu partida, tu ausencia física nos deja un gran vacío, pero nos llena el corazón todo cuanto en vida nos has dado y enseñado, gracias CUÑAO por todo lo que hemos compartido a lo largo de tantos años. Estoy convencido que Dios te acogerá en su gloria, desde allí asístenos.
Nuevamente Deseo hacer míos los versos de Miquel Martí i Pol y decirte:
Parlem de tu, però no pas amb pena. senzillament parlem de tu, de com
ens has deixat, del sofriment lentíssim que va anar marfonent-te,  de les teves coses i també dels teus gustos, del que estimaves i el que no estimaves, del que feies i senties; de tu parlem però no pas amb pena.
I a poc a poc esdevindràs tan nostre que no caldrà ni que parlem
de tu per recordar-te; a poc a poc seràs un gest, un mot, un gust, una mirada
que flueix sense dir-lo ni pensar-lo.
Hablamos de ti, pero no con pena, sencillamente hablamos de ti, de cómo
nos has dejado, del sufrimiento lentísimo que fue mal formándote, de tus cosas y también de tus gustos, de lo que estimabas y de lo que no estimabas, de lo que hacías y sentías; de ti hablamos pero no con pena.