viernes, 28 de julio de 2017

MAMÁ…

En aquella mañana, de hace ya siete años, mientras que el sol viajaba por el cielo azul del verano, sus grandes ojos oscuros se cerraron para siempre. Boca arriba en la cama, con los ojos cerrados, sin percibir ya ni un atisbo de luz , inmersa en el profundo silencio, su voz apagada perpetuamente, le quitamos su alianza que brillaba tanto como si fuera nueva en el dedo anular de la mano derecha superpuesta sobre la izquierda mostrando los dorsos huesos y salpicadas de manchas por la edad.
En sus últimos meses de su vida, por culpa de la enfermedad, perdió su casa, sus, recuerdos, sus cosas más queridas, pero sí tuvo quien le arreglase  la habitación, le hiciera la comida y la cama, le tomara la tensión, le diese sus medicamentos y le ayudase a acostarse y levantarse, mientras que nosotros permanecíamos a su lado todo el tiempo que nos permitían, mostrándole todo nuestro cariño y le hablábamos de su nietos y bisnietos que cuando la veían le hacían carantoñas y la henchían de besos y caricias.
Dejó de hacernos croquetas, tomates rellenos,  ensaladilla rusa, tortilla de patatas y las variadas viandas de las que aun recuerdo su sabor. Dejó de coser, de hacer punto, de estar sentado en su sillón distraída con la lectura de libros que luego solía comentarnos. Son innumerables las múltiples cosas que su ausencia me ha desprovisto pero, a pesar del tiempo, sigo recordando porque ni un instante se disipan de mi pensamiento.
 A lo largo de estos mese, semanas, días, horas, que vivimos de dolencia, que me parecen eternos, he pensado cuantas veces nos hubieras llamado para decirnos ¿quieres que vaya para ayudaros? para preguntarnos como estábamos, para animarnos, para darnos tus consejos, tus recomendaciones, tus sugerencias, en conclusión, para estar cerca como siempre lo has estado en cada momento, y más en los de necesidad.
Una vez más, cuando quiero reflejar en mis palabras, la infinidad de días que te pienso, que ahora sí, ahora sí que tengo cosas para contarte y sé que me has sabido disculpar mis silencios. Hoy sigo aquí, para darte las gracias por los consejos, las palabras de aliento, por todo cuanto de ti he recibido. Hoy sigo aquí pensándote, recordando tu cariño, amando tus recuerdos y constatando que nunca vuelve aquello que se pierde por culpa de la parca, pero que vive en mi cotidianamente porque el cariño, el recuerdo a ti, querida mamá, siempre perdura y un gesto, una palabra, un gusto, una mirada que fluye sin decirlo ni pensarlo nos acerca a ti siempre. Mamá cuando te fuiste algo se me fue contigo pero perdura tu cariño y recuerdo.

lunes, 17 de julio de 2017

CARTA ABIERTA A MARIMAR BLANCO

Posiblemente lo escrito en esta página:
http://iniciativadebate.net/2017/07/15/carta-abierta-a-marimar-blanco/  desaparezca. Por tal motivo, lo transcribo aquí sin deseo de polémica. Sin deseo de crear barreras, de discordia, de revanchismo. No comparto la totalidad de su contenido, pero sí creo que hay algunos puntos que vale recordar. Lo que se ha escrito sin que figure el nombre de su autor ya me parece censurable, pero no así ciertas expresiones, no insultantes, que ponen en evidencia, a mi parecer, que en este país cuesta mucho encontrar un equilibrio entre opiniones que son libres y buenas de expresar sin censurar, sin insultar, sin despreciar, sin reprobar porque el dolor no tienen color, ni ideología, ni credo. El dolor por la muerte violenta de un ser querido siempre ha de tener paz y solidaridad.

“En memoria de mi, tu, su, nuestr@, vuestr@  abuelos, padres, tíos... asesinado en la represión franquista, gracias Carmena. Marimar he de dedicarte estas palabras en memoria de tod@s los homenajes olvidados.
¿Dónde está el homenaje a los asesinados, con un tiro en la cabeza, en mitad de un bosque, abandonados en las cunetas, enterrados en fosas comunes, víctimas de la represión franquista que ni cobran pensión ni tienen una sepultura digna, con los que no se mercadea con su sangre y a los que aunque queráis borrarlos de la historia, jamás los olvidaremos? Aún quedan más de 114.000 desaparecidos en España, tras Camboya que nos lleva ventaja, somos el segundo país del mundo en número de desaparecidos cuyos restos no han sido recuperados ni identificados. Crímenes contra la humanidad, impunes, de los que ni tan siquiera os habéis dignado a pedir perdón. Crímenes que no os interesa desenterrar pasándoos el Convenio Europeo de Derechos Humanos por vuestras partes más íntimas desoyendo a la ONU.
Marimar ¿dónde está el homenaje a los asesinados en la guerra sucia? Rosario Arregui, Argala, Enrique Korta, Martín, Juan Lopategui… asesinados. Lasa, Zabala, Naparra…desaparecidos.(…)
Marimar ¿dónde está el homenaje a los asesinados en la guerra de Irak? El 8 de abril se cumplieron 14 años del asesinato de José Couso.
Marimar ¿dónde está el homenaje a los asesinados por los recortes en la sanidad, por los desahucios…Víctimas de un gobierno corrupto?
Marimar ¿dónde está el homenaje a los asesinados en el atentado de Madrid, víctimas de vuestra política?
¿Acaso no eran tod@s personas? Los muertos, Marimar, no tienen color.
¡Estáis podridos!
Sois tan sinvergüenzas que más allá de E.T.A. no veis terrorismo, cuando sois los mayores terroristas de estado.
Sois tan carroñeros y ruines que usasteis la fundación de tu hermano para vuestros trapicheos, mercadeando con su sangre.
Sois un refugio de miserables que deberíais de estar ilegalizados; y mientras los que mataron a tu hermano, cumplen su condena, los que mataron a mi, tu, su, nuestr@, vuestr@ abuelo sois los que gobernáis.
¡Menos homenajes Marimar y más vergüenza!”
 (Sobran las palabras insultantes y quizás no se tengan que hacer tantas preguntas a Marimar y si a los políticos que, dicen ser, nuestros representantes).

jueves, 13 de julio de 2017

BASTA YA

Creo que no soy la única persona de este país que hace veinte años siguió el secuestro y asesinato de un joven concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco. Era sábado, volvía de la playa y por la radio seguía con angustia el desarrollo de los acontecimientos, con la esperanza de que ETA no cumpliera su macabra amenaza.  Al final supe que ETA había cumplido su cruel amenaza realizando uno más de los crímenes más inmundos de su sangrienta historia. No podía creerlo y, por eso, yo también estuve en aquella multitudinaria manifestación en Barcelona donde se gritó “Basta ya”. Basta ya de asesinatos, basta ya de víctimas inocentes, basta ya de palabras inteligibles, basta ya de mirar para otro lado, basta ya de vivir atemorizados, basta ya…
Veinte años después me parece inconcebible que el recuerdo de aquel asesinato en plena democracia continúe  hostigando una nueva disputa política en este país. Es para mí increíble y vergonzoso que un partido político (PP) siga apropiándose de una reminiscencia que pertenece a todos los españoles, porque todos los españoles han sufrido las barbaries de las bandas terroristas que durante años dejaron en nuestro país un reguero de viudas, de viudos, de huérfanos y familias rotas e inmersas en la pena y el abandono. De victimas a las que su dolor diario solo se ve compartido, a veces, en una fecha concreta. De victimas que se les ha olvidado y mínimamente favorecidas para poder salir adelante en su día a día. 
Han pasado muchos años de aquellos macabros atentados, ahora veinte años del de Miguel Angel Blanco, y el PP vuelve a dictaminar cómo se debe expresar la solidaridad o el homenaje a las víctimas, o de lo contrario difunde tremendas acusaciones de complicidad e incluso llaman mezquinos a quienes no están con ellos. Ellos se hacen dueños  de este dolor, de cómo expresarlo y quien o quienes han de convertirse en  símbolos del terrorismo que todos hemos padecido.
Triste, fue constatar el desconcierto del padre de Miguel Ángel Blanco,  albañil que volvía de la obra y se encontró a la puerta de su casa a una multitud de periodistas que le contaron la tragedia que se abatía sobre su familia. Doliente fue ver huir despavoridos o muertos los trabajadores y clientes del Hipercor. Amargo fue atentado con coche bomba en la calle Camarena del madrileño barrio de Aluche del que Irene Villa y su madre, entre otras personas, fueron víctimas.  Y así podríamos narrar múltiples y dolorosas escenas vivida durante unos años en que el terrorismo era la principal preocupación de un pueblo.
Hoy, por fortuna y gracias a muchos, ETA está vencida, derrotada y desarmada, pero da la impresión de que aun hay en nuestra sociedad, quienes siguen obcecados en conceder la victoria de discutir, de discrepar,  de debatir sobre su herencia macabra de la que también fueron víctimas José Antonio Lasa, José Ignacio Zabala o “Yoyes” la "traidora" más incómoda de ETA asesinada por “sus mismo colegas” a escasos metros de donde jugaba su hijo de tres años.
Basta ya de reproches, de abucheos, de protagonismo, de enfrentamientos dialécticos, de intolerancia, de discusiones inútiles. Como mínimo, en esto, UNIDAD y a TODAS las víctimas del terrorismo, paz, reminiscencia y solidaridad con sus seres queridos en cada nuevo amanecer.

sábado, 8 de julio de 2017

A QUIEN LE IMPORTA

 A quien le importa que hoy es siete de julio? Hoy es San Fermín, el primer encierro ya se ha celebrado con los toros de la ganadería gaditana de Cebada Gago que, según los “entendidos”, han protagonizado una carrera muy peligrosa, que se ha saldado con varios heridos por las astas de los bravíos.
A quien le importa que ayer también llovió en Madrid? Lluvias que, una vez más, pusieron en evidencia que hay obras hechas con tanta negligencia y con tal descontrol que no resisten una tormenta de verano. Por causa de las inclemencias meteorológicas, han tenido que ser cortadas al tráfico varias vías importantes. La tromba de agua ha obligado a suspender  el servicio de Metro temporalmente en varios tramos, y casi todas las líneas han presentado incidencias de algún tipo. Las goteras por una mala construcción han obligado a reubicar pacientes de los servicios de Neonatología y Cirugía Plástica mientras que la Consejería de Sanidad ha explicado que la tromba de agua ha ocasionado "incidencias menores" en varios hospitales madrileños.
A quien le importa lo que yo escribo? Escribo a sabiendas de que no sé escribir, de que me faltan palabras, de que no soy capaz de impactar en los lectores como lo hacen autores relevantes y cuando escribo en este lugar no lo hago para detallar hechos que todos conocen. Lo hago porque necesito dejar constancia de unos días, de unas fechas, de unos momentos que para mí son significativos y representan o describen parte de mi vida, de esa vida que a través de estas páginas he ido haciendo pública y que, a la vez, me sirve para expresar las inquietudes que vivo y hoy vivo el paso del tiempo, el transcurso de los días. Hoy ya hace veintiún mes que en una consulta hospitalaria nos dimos la mano para oír que la dolencia,  la enfermedad, el mal, el carcinoma se cruza en mi vida y más concretamente se ubicaba en esa mujer con la que comparto mi vida y sigo tomando de la mano alentándola en pensar e infundiendo una esperanza que no pierdo ni un solo instante. Durante este tiempo han acontecido, hemos vivido, etapas de todo tipo, intervenciones quirúrgicas, curas, tratamientos de quimioterapia, de radioterapia, rehabilitación, visitas medicas… Durante este tiempo he podido constatar cómo se han ido quedando en el olvido los momentos más “penosos”, al igual que he advertido que familia, amigos, compañeros, conocidos… han dejado de preguntarnos puntualmente cómo estamos, pero no reprocho nada a nadie, quizás deseaba ser el punto de atención de todos, sin percatarme que todos tienen sus cargas, sus preocupaciones, su problemas a los que yo permanezco algo ignorante.
Escribo intentando compensar el tedio de la tarde interminable de julio, a la vez que vivo como poco a poco, despacio, lentamente, transcurre el tiempo y vamos concluyendo una etapa muy importante dejando atrás los miedos, la tristeza, la incertidumbre, pensando en la total y eficaz recuperación, al tiempo que ansiamos que el amor y la esperanza sean la luz de cada día en nuestras vidas, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud.
A quien le importa que día es hoy? Para mi hoy, más que nunca, vivo con el anhelo, el deseo, la impaciencia, la esperanza de constatar que pronto todo será pasado.