domingo, 28 de junio de 2009

UNA BUENA ACCIÓN

En pocos días la muerte ha tenido nuevamente un eco universal, Vicente Ferrer, Neda y Maikel Jackson, los tres se han convertido en diferentes iconos para las personas, si bien para mi y basándome en una frase de Vicente Ferrer "ninguna buena acción se pierde nunca, siempre queda en algún lugar de este mundo" hay una cierta similitud, hacer algo para los demás.
Vicente Ferrer, ex-jesuita, es un ícono de entrega, de fraternidad, de generosidad, de lucha por los más débiles. El padre de los desprotegidos nos ha dejado un poco más desamparados a la vez que nos ha dejado su testimonio de fe y su humanitaria obra para seguir haciendo más llevadera la vida a quienes carecen de casi todo. Con su muerte el mundo ha perdido un ejemplo de humanidad y la Compañía un santo.
Neda es un icono de protesta junto a quienes han muerto en Irán en contraposición a la reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad. No hay certeza de la veracidad de las impactantes imágenes de la supuesta muerte de esta joven de 19 años, tampoco hay certeza de cuantos iraníes han muerto en los últimos altercados en ese país de forma violenta y en el anonimato se han convertido en el símbolo de una buena acción, una mayor libertad en Irán.
Maikel Jackson es el icono de la música pop, un ejemplo de voluntad, de superación, de esfuerzo, desde niño, por aquello que él amaba, su música, que como en todos los casos tiene sus adictos y detractores pero no por eso deja de ser para muchos un gran ídolo musical cuya buena acción es valerse de sus grandes dotes de voz, composición, baile y coreografía para hacer una música muy comercial y que posiblemente forme parte de la historia de la música.
Quiero concluir con un reconocimiento a las personas que en el más absoluto anonimato también son iconos, también son capaces de hacer una buena acción y las exhorto a que no desfallezcan en su labor, en su entrega, en su trabajo, en su cometido, en su misión, en su menester y recuerden que:
“una buena acción siempre queda en algún lugar de este mundo”.

jueves, 11 de junio de 2009

TRAGEDIA ENTRE LAS DOS ORILLAS

El pasado 1 de junio nos sobrecogía la noticia de la desaparición en pleno vuelo de un Airbus A-330 de la compañía de Air France, posteriormente se confirmo que cayó en el océano Atlántico con 228 personas a bordo. A partir de ese día los medios de comunicación nos han ido dando puntualmente todo tipo de explicaciones al respecto y en especial el rescate de los cuerpos sin vida de los pasajeros.
Tres días después, 4 de junio, se informa que a cuatro millas al norte de Marruecos, el dispositivo de salvamento rescató a 22 personas de origen subsahariano tras el naufragio de los más de 40 que, según las declaraciones de los inmigrantes. Hasta la fecha, Salvamento Marítimo ha recuperado tan solo los cadáveres de una mujer y un niño que viajaban en la embarcación.
Me causa una profunda consternación y dolor la noticia de tan luctuosos sucesos, pero me causa una gran indignación el trato diferenciado que en los medios de comunicación se da a ambas noticias, mientras que la primera, es objeto de todo detalle y continua información, la segunda deja de ser noticia a las pocas horas. Todas las victimas son seres humanos, personas, vidas que se han visto truncadas pero la diferencia quizás esta en que mientras unos viajan con billete legal, los otros son inmigrantes ilegales, sin papeles en busca de una vida más digna.
“Andalucía Acoge”, APDH Campo de Gibraltar y “Algeciras Acoge” informa que por estas fechas hace veinte años de la muerte de 18 personas que intentaban llegar a la playa de Los Lances, en Tarifa (Cádiz), en una patera en la que sólo hubo cinco supervivientes y hasta la fecha, unas 18.000 personas identificadas han fallecido intentando llegar a las costas españolas. ¿Quién habla de esto? ¿Quién denuncia la intolerancia de los sucesivos gobiernos tras veinte años de muertes en el Estrecho?.
Mientras que Europa siga viendo a África como un granero de materias primas y de mano de obra barata y no como un aliado en la construcción de un mundo de iguales, las escenas, el drama y la tragedia de la muerte de seres humanos entre estas dos orillas seguirán golpeando nuestras retinas y nuestras conciencias, aunque algunos traten de ocultarlas, de silenciarlas, de pasar página, de informar de la crisis y del futbol.