miércoles, 17 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD Y ALGO MÁS

Llegaron una vez más, un año más, las fechas que nos permiten decir FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO.
Una año más se repiten las mismas frases con los mismos deseos, las mismas calles con las mismas luces, las mismas tiendas con los mismos compradores, lo mismo con lo mismo e incluso alguna vez en el silencio de la noches, en el silencio anticipo del sueño nos repetimos las mismas preguntas sobre las mismas fechas ¿y dónde encontramos la respuesta? ¿En nuestro propio silencio? ¿En nuestro reparador sueño?. Cada uno encontrará su respuesta, quizás en la mirada de su hijo, en la caricia de su compañera, en la sonrisa del tendero, en las ramas del abeto, en el montaje de un belén, en las cintas, velas y bolas de colores, en las imágenes de la guerra que no cesa, en el símbolo de la paz que es eso, solo un símbolo y un deseo no alcanzado, en la luna llena de Navidad, en el manto de estrellas en la noche, en el resplandor del nuevo día, en la línea lejana que la llaman horizonte, en el compañero del alma compañero.
Donde quiera que la encuentres no la rehuyas, piensa en ella, vive con ella. Navidad quiere decir nacimiento, en estas fechas, tradicionalmente se refiere a un nacimiento que eleva espiritualmente a toda la humanidad de creyentes, el nacimiento de Jesús.
La Navidad también se refiere a nuestro nacimiento en otros aspectos y valores que te afloran con tu respuesta sea emocional, mental o espiritual…
FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO a todos, que descansemos de buscar lo insaciable, de hacer suposiciones, de intentar alcanzar lo inalcanzable, de las promesas baldías, de la obligación del trabajo, de la actividad agotadora.
FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO a todos y no nos preocupemos por fallar y acertar, por ignorar y comprender, por las injurias y elogios, por correr y parar, por hablar y callar, por reír y llorar.
Navidad es, ha de ser, algo más.
FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO a todos vosotros con una amplia sonrisa y con el deseo de haceros un poco más felices.

MEMORIA HISTÓRICA

Me sorprendo al constatar en los medios de comunicación cuantas personas entienden de tanto, de todo y sin desenfreno los medios de comunicación de nuestro país lo hacen público. Yo cada día constato más que no entiendo de casi nada y menos sobre la justicia, los jueces y el poder judicial de nuestro país, por eso, y ante la tan traída y llevada “MEMORIA HISTÓRICA” he leído el siguiente artículo que aunque es extenso invito a leerlo. Para saber más y mejor de su autor sugiero buscar en Google. ÁNGEL GONZÁLEZ QUESADA
El entusiasmo -tal vez el alivio y seguro el aplauso- que en la derecha social y política de este país ha provocado la renuncia del juez Garzón a seguir la causa contra los crímenes del franquismo, ha sido compartido por la no disimulada alegría de muchos ciudadanos, no significadamente políticos, que parecen haber respirado tranquilos en el momento de advertir que nuestro pasado reciente va a seguir, como estaba, enterrado en el olvido. Las frontales resistencias, obstáculos y negativas a que se arroje luz sobre la dictadura franquista, compartidas por millones de españoles de toda condición, dan noticia de que existe un muy generalizado deseo de no volver la vista atrás, señal inequívoca de que el franquismo ha ganado su última batalla: la de la impunidad (nada nuevo: hace dos mil quinientos años, la representación en Atenas de un drama de Frínico en el que se recordaba la toma de Mileto, vergonzosa derrota para los atenienses, fue respondida por el público con una multa de mil dracmas al autor, por haber tenido la osadía de recordar a la ciudad sus males propios). Se ha repetido hasta la saciedad que ningún futuro será mínimamente robusto si no parte del conocimiento del pasado, pero esa lección se ha convertido sólo en propuesta teórica jamás introducida en la dinámica educativa y de formación -e información- de un país que parece haber fijado su año cero histórico en el de la aprobación de la actual Constitución, y la totalidad de su desarrollo institucional democrático en los pactos, acuerdos, renuncias, cesiones y compromisos de una llamada transición que no fue más que un urgente harapo con que cubrir nuestra total desnudez de entonces, y que ahora quiere verse como traje de gala para la fiesta del por siempre. Además de los intereses directos que el inmovilismo reaccionario alberga para no destapar los malolientes pozos de la represión franquista, donde bullen las miserias de demasiadas falsas dignidades; además de la disolución de responsabilidad que algunas magnas instituciones buscan para no enfrentarse con sus culpas, anuencias, complicidades y bendiciones al franquismo que desvelarían demasiadas hipocresías; además de la innegable admiración que muchos políticos, cargos institucionales o responsables públicos tienen por la dictadura franquista, su autoridad, su esencia, sus imposiciones, sus venganzas, sus símbolos, sus batallas y sus cristos colgados de las paredes, que no dudarían en repetir a la mínima oportunidad, existe un franquismo sociológico de calado vital, instalado en cientos de miles de personas, que se alimenta tanto del miedo como de la parálisis mental, de la ignorancia y del posibilismo, de la comodidad, el egoísmo personal, las grietas del cainismo y, por qué no, de la pura sumisión, que genera el rechazo a cualquier intento de análisis, desvelamiento o juicio del pasado, que desprecia los intentos de clarificación o eliminación de símbolos y que, automáticamente, se alinea, sin interés concreto pero sirviendo a quienes sí lo tienen, con la sola fe del carbonero y una irreflexión estremecedora, con esa perversa devoción por el olvido que igual dispara leyes que desprecios. El deber del recuerdo es un imperativo moral que nos debemos y que no tenemos derecho a negar a quienes nos sucedan. La memoria es un valor de la libertad. La justicia, una necesidad. El conocimiento de la historia, un deber. Negarlos, negárnoslos, es menospreciarnos, abaratarnos, reconocer nuestra impotencia y nuestra sumisión. Y es también ofendernos, engañarnos, mentirnos. La meta de la educación nacionalsocialista era eliminar la memoria, aniquilar el recuerdo y con ello crear sobre una tabula rasa el hombre nuevo. La misma que la de la cruzada nacional-católica que nos hundió en el terror en aquel corazón de las tinieblas del que apenas hoy atisbamos la luz. No nos merecemos eso. Ni ciegos ni mudos ante nuestra propia historia. El futuro necesita el recuerdo. El futuro no es posible sin la cultura del recuerdo, sin la enseñanza de la historia, sin una formación que se entienda como participación en la memoria. Por eso es preciso hablar, escuchar, desenmascarar a los manipuladores, denunciar a los cómplices, nombrar a los verdugos, saldar cuentas, juzgar a los culpables, honrar a los héroes, buscar la verdad donde la verdad se halla: en la historia, en la realidad, en las cunetas. ÁNGEL GONZÁLEZ QUESADA. Totalmente de acuerdo con este articulo, creo que no tiene desperdicio ni demagogia.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

UN DÍA FELIZ

Hoy, cuando tengo en la boca amarga sequedad de amanecida, con canas en las sienes y la frente llena de las arrugas que deja el paso de los años, constato que para mi no es un día normal, un día de tantos, es un día especial, es el día de mi cumpleaños, el día en que un año más constato que la vida pasa y en este día cuando apenas acaba de amanecer pienso en los muchos días como hoy que han transcurrido en mi vida. No tengo recuerdos de mi infancia soplando las velas de un pastel. Los recuerdos más cercanos los tengo de los años que pasé en el internado, aquel día no tenia ni el recuerdo ni el deseo de felicidad por parte de nadie, quizás alguna carta me llagaba, pero era un día más.
Posteriormente y al igual que hoy he sentido los buenos deseos de todos los seres queridos con quien cerca o lejos comparto mi vida, ese recuerdo, esos buenos deseos me alegra sentirlos, me alegra romper con impaciencia de niño, el envoltorio del regalo que lleva incluido un profundo sentimiento de cariño y de gratitud.
Ahora, mientras escribo este sentimiento no puedo dejar de pensar en mi padre, sin él ha transcurrido mi vida desde que cumplí diez años. Seguro que él, en este día, me manifestaba todo su cariño. ¡Cuanto recuerdo a mi padre!, como recuerdo su elegancia, su orden, su sonrisa, su exigencia, su paciencia, sus continuas enseñanzas. Él ha sido mi mejor maestro, allí, en aquellas solitarias estaciones de ferrocarril donde transcurrían mis días entretenido con los juguetes que él me había comprado o hecho, se empeñaba por hacerme aprender lo relacionado con su profesión y yo envuelto por el perfume de su cariño y su calida mirada, creo que solo prestaba atención a mis juegos infantiles y a todo lo que me enseñaba mientras caminábamos por los campos cercanos.
Hoy mientras camino por los senderos de la vida sigo poniendo vida a los años y dejo los versos extraídos de la poesía que un día de mi cumpleaños escribí a mi padre, un día que como hoy fue un día feliz

Soy producto de un sueño de tu mente,
soy hechura del fruto de tus manos
y un deseo escapado a tu esperanza,
soy cuerpo a tu alma entrelazado.

Me pusiste en la senda de la vida,
me enseñaste las primeras palabras,
en tu fuerza apoyado me sostuve
y de tu mano agarrado caminaba.

lunes, 1 de diciembre de 2008

EL COLOR DEL OTOÑO

Independientemente de la estación del año siempre me han atraído los campos de viñedos. Posiblemente esta atracción sea fruto de mi infancia. En mi edad infantil tenia asignada la obligación diaria de ir a buscar hierba para los conejos que criábamos enjaulados en mi casa. Aquel pueblo donde transcurrió parte de mi infancia estaba rodeado de vides y entre ellas me movía buscando el sustento para mis lagomorfos.
Posiblemente la frase evangélica “Yo soy la vid y vosotros los sarmientos” o haber sido vendimiador en mis años de niño, también ha incidido en que mis ojos se detengan a contemplar las cepas, las parras, sus brotes, sus sarmientos, sus hojas, sus frutos que en forma de racimo presentan una pigmentación muy variada.
Me llama la atención la hoja de la vid de nervios pronunciados, de margen recortado que perfila los lóbulos que la forman y que se une al sarmiento por un pecíolo característico. Nace pequeña, y su limbo es de verde brillante por el haz y verde blanquecino por el revés. Crecen y cubren cepa, sarmientos y racimos como manta protectora y una vez que ha cumplido su misión, su ciclo de vida la lleva a adquirir color tornasol, rojo amarillento y ya en otoño alcanza un bello color púrpura hasta que el color marrón anuncia su sequedad, su caída, su final, su muerte. Caída tapiza la tierra y su descomposición devuelve toda la fertilidad que ésta le dio para iniciar su ciclo continuo de vida, de frondosidad, de frescura, de color. Ciclo mágico de belleza que inunda y viste de colores los campos en las diferentes estaciones del año.
Este otoño frío y lluvioso ha ido vistiendo los campos con armónico manto multicolor donde prevalecen colores pardos, ocres, marrones, amarillentos o púrpuras, los árboles se van despojando de hojas y esperaremos una vez más el resurgir de la primavera, la esperanza de la vida.