lunes, 2 de marzo de 2009

EL DÍA DE ANDALUCÍA

Hoy estamos de fiesta, hoy es el Día de Andalucía, hoy por primera vez en mi vida siento el deseo de festejar este día dada mi condición de andaluz de nacimiento y mi mayor vinculación a esta tierra, hoy es la fiesta en la que enarbola más que otros días la bandera blanca y verde; verde como símbolo de la esperanza y unión y blanca como símbolo de paz y diálogo.
Como en otras comunidades en días similares se ha hecho entrega de los consabidos premios a personas relevantes, entre los galardonados, Juan Antonio Carrillo Salcedo ha sido distinguido con el título honorífico de Hijo Predilecto de Andalucía como reconocimiento a su labor profesional en el mundo del derecho, y ser el español que llega más alto al Tribunal de Derechos Humanos, donde fue magistrado.
A él, le correspondió hablar en nombre de todos los premiados. Creo que sus palabras deberían ser oídas por doquier y no solo en el círculo donde se pronunciaron. En su alocución reclamó la recuperación de los valores sociales y morales. Hizo menciones continuas a la declaración universal de los derechos humanos. Reivindicó el verdadero valor de la educación como base de una sociedad más democrática. La educación, expresó, debe aspirar a vertebrarse en la responsabilidad, la igualdad y la solidaridad. Expuso, debemos seguir esforzándonos para la realización de los siguientes objetivos: educar para la libertad en la responsabilidad, la igualdad y la solidaridad.
De su discurso me ha llamado la atención que pronunciase abiertamente “ La educación ha de tener por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos.
La educación debe servir de medio para que, como ciudadanos, tengamos conciencia de esos límites, de que no todo vale, y podamos así recuperar palabras como pudor, decoro, decencia, honestidad, que pueden parecer conservadoras pero que hoy, en nuestra sociedad, acaso sea portadoras de una poderosa carga revolucionaria".
Esas palabras, “no todo vale, pudor, decoro, decencia, honestidad” creo que han de ser muy bien oídas y practicadas por todos, en especial por los que al pueblo llano nos han llevado a esta crisis y nos hacen culpables de ella, los banqueros, los especuladores, los oportunistas, ciertos políticos y regidores que impunemente llenan sus bolsillos y nos hacen promesas banales. Pido, si es que puedo pedir, que los nuevos gobiernos autonómicos de Galicia y País Vasco así como los actuales, los que tienen la responsabilidad de gobernar, asistir, dirigir, mandar, administrar, juzgar, presidir, guiar, educar, enseñar, aprender… lo hagan pensando que no todo vale, que pudor, decoro, decencia, honestidad, son, más que nunca, necesarias en nuestra sociedad que parece adolecer de valores esenciales.

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