viernes, 31 de diciembre de 2010

UNA LLAMADA, UNA SONRISA…

Hace días que vengo pensando que he de escribir algo para cerrar este año que tiene la particularidad, entre otras, de ser el último de la primera década de este milenio. Diez años que han transcurrido con esa velocidad que el paso del tiempo nos marca haciendo que recordemos los eventos más recientes y fácilmente olvidemos otros.

Una reflexión personal de esta década nos llevara a pensar a cada uno sobre cosas muy diversas e importantes de las que hemos vivido. A veces nuestro pensamiento será coincidente con el de otros, pero seguro que dispar con el de muchos.

A mí, me es difícil hacer un balance globalizador, e influenciado por lo vivido en los últimos meses, me detengo en la comunicación que a través del teléfono, que tanto ha evolucionado en la década, he mantenido con los seres queridos y a los que de una forma especial en estas fechas he sentido su ausencia. Mi mente ha retenido la mano que se disponía a marcar el número tan notable e imborrable para mi 93 454… la inmediatez de la reacción me ha hecho pensar que al otro lado nadie responde, nadie espera, nadie aguarda y ese gesto instintivo me evoca tantas y tantas palabras que se suceden en mi memoria como imágenes vivas, duraderas, perennes, perpetuas de esta década y de décadas y años pasados.

Por fortuna, sigo pudiéndome comunicar con mis seres más queridos muy cercanos que me arropan, me acompañan, me envuelven, me abrigan, me arrebujan intentando suplir ausencias, respondiendo a mí llamada o haciéndome esperar paciente la suya.

Sed felices, una llamada, una sonrisa ayudan a vivir.







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