sábado, 9 de septiembre de 2017

AL VOLVER DE VACACIONES

Al volver de vacaciones constatamos realmente que, una vez más, hemos emprendido el viaje de regreso después de unos días de vacaciones vividos en familia en tierras de Catalunya, a la que tantos recuerdos nos  unen  y,  a medida que me iba alejando, sentía que me acercaba a la vida de cada día, pero sobre todo me he ido acercando al sin fin de momentos vividos, que como una nube, se agrupan en mi mente y que el tiempo irá disipando, dejando perennes aquellos que más intensamente he vivido.
Al volver de vacaciones confirmamos que hemos vivido con mucha intensidad cada hora, cada día viendo que los temores iniciales, de no aguantar el trajín diario por culpa de la lenta recuperación de las dolencias que nos han afectado, se ha visto superado gracias al esfuerzo y las ganas de superación, de vivir, de hacer los días lo más llevaderos posibles. Reto superado.
Al volver de vacaciones recordamos como un año más hemos podido festejar el nuevo cumpleaños de esa niña tan adorable que es nuestra nieta Claudia. La hemos visto obviamente crecida, lista, charlatana, sagaz, educada, cariñosa… todo cuanto pueda decir de ella siempre resulta poco. Es debilidad de abuelos que hemos podido convivir intensamente con ella acompañándola a diario a sus actividades estivales, que con más o menos detalles nos ha ido explicando.
Al volver de vacaciones percibimos que el pequeño Pablo ha sido el descubrimiento notable por excelencia, ya que con su lengua de trapo trataba de hacerse entender, mostrándonos un cariño, una forma de proceder, una cierta autonomía que para nosotros parecía nuevo y es que realmente era nuevo estar todo el día con él prestándole atención y los cuidados que a estas edades requiere, mientras nos acomodamos a su ritmo de vida, a sus “no” más frecuentes que los “si” e intentando no transigir en todo lo que deseaba pero haciendo, en cada momento, que su estancia con nosotros fuese feliz y divertida.
Al volver de vacaciones se nos hace inolvidable el haber podido volver a pasear por Barcelona. Rendir nuestro sencillo homenaje a las víctimas del reciente atentado en Las Ramblas, lugar que revelaba un aspecto diferente a la de otras ocasiones. La calle alegre y agitada de siempre mostraba un cierto silencio que se hacía patente en los múltiples lugares donde flores, velas y los más variados objetos recordaban el punto donde algunos perdieron la vida. El puerto, el Barrio Gótico, el entresijo de calles del casco antiguo, como siempre nos permiten descubrir nuevos lugares, rincones distintos y tal vez olvidados.     
Al volver de vacaciones sentimos un regusto amargo y dulce a la vez que nos permite, a menudo, comentar, dialogar, explicar, manifestar todo lo acontecido y agradecemos a todos los momentos compartidos y deseamos manifestar públicamente nuestra gratitud por todo lo vivido, lo cual nos alienta a programar con esperanza el próximo viaje. La vida vale la pena vivirla con plenitud de felicidad y estos viajes nos hacen felices.

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