viernes, 27 de marzo de 2020

SEMANA SANTA 2020

En la página: https://www.razonmasfe.com/actualidad/quien-dijo-que-el-cristo-este-ano-no-sale/ He leído y reproduzco “En esta Cuaresma atípica, el Señor ha querido compartir su Corona de espinas con la humanidad: unos que sufren, otros que luchan por ellos, y otros que deben ser cautos y pacientes para evitar la propagación de la «corona» mortal que amenaza al mundo. A DÍA DE HOY aún no hemos podido establecer quién es el autor de este texto llegó a través del whatsapp Es español, por supuesto. Y yo lo Transcribo en este post, que como otros años hago sobre la Semana Santa y que este año será diferente para todos nosotros. Ya que todos hemos de ser cautos, prudentes y pacientes en grado sumo para evitar la propagación de la «corona» mortal que amenaza al mundo. Que este año no habrá Semana Santa?, Quién ha dicho esas historias?, ¿que el Cristo este año no sale?, si está vestido de blanco, de azul, en los hospitales… ¿Quién dice que el Nazareno no puede hacer penitencia, si están todos atendiendo a enfermos en las urgencias?
¿Cómo que Jesús Caído no saldrá el Miércoles Santo? Mírale tú en nuestros médicos que caen rendidos, exhaustos, con humildes cireneos ayudando a cada paso: celadores, enfermeras, administrativas, codo a codo, sin descanso. Igual que en la Borriquita pasó Jesús por la tierra, nuestros héroes camioneros pasan las noches en vela para abastecer mercados de barrio, farmacias, tiendas… Ejército, Guardia Civil, Policía,… patrullan calles desiertas, y no están con sus familias sino cuidando a las nuestras. Y lejos de las ciudades, Jesucristo está doblado sobre los surcos de tierra, se hace a la mar en un barco, tiende cables, cava pozos o pastorea el ganado Nadie diga que el Señor no está en las calles presente, cuando en las Iglesias solitarias los Sacerdotes celebran Misa diariamente. Nadie diga que el Cautivo no va a salir este año, mientras haya una voz buena llamando al que está encerrado. Nadie diga que el Gran Poder no va en su anda, cuando tantas vidas orantes se ofrecen y aman. Con cansancio en la mirada, con buen humor, sin fallarnos, también Cristo está presente en cualquier supermercado, reponiendo estanterías o a pie de caja cobrando. Jesús viene en un camión de blanco y verde pintado, recoge nuestros desechos y se va sin ser notado. Cuando veo a tanta gente que a los suyos ha enterrado, siento que también salió la Piedad del barrio bajo, El Cirineo del Consuelo
la Virgen de las Angustias con su Hijo en el regazo. Y aunque a todos nos asuste el pasar por el Sepulcro, ahí está la fortaleza de Aquel que ha vencido al mundo. Tal vez no haya procesiones con imágenes talladas pero ya ves, Cristo sale al encuentro de tu alma, en mil rostros escondido, sin cirios y sin campanas. Que aunque no haya procesiones por España en primavera, seguirá oliendo el incienso que pone a su gente buena. El amor salta las tapias, el corazón no se encierra; será una «Semana Santa» más que nunca, y verdadera. ¿Quién ha dicho esas historias?, ¿que el Cristo este año no sale?, si está vestido de blanco, de azul, en los hospitales... ¿Quién dice que el Nazareno no puede hacer penitencia, si están todos atendiendo a enfermos en las urgencias? ¿Cómo que Jesús Caído no saldrá el Miércoles Santo? Mírale tú en nuestros médicos que caen rendidos, exhaustos, con humildes cireneos ayudando a cada paso: celadores, enfermeras, administrativas, codo a codo, sin descanso. Igual que en la Borriquita pasó Jesús por la tierra, nuestros héroes camioneros pasan las noches en vela para abastecer mercados de barrio, farmacias, tiendas... Ejército, Guardia Civil, Policía,... patrullan calles desiertas, y no están con sus familias sino cuidando a las nuestras. Y lejos de las ciudades, Jesucristo está doblado sobre los surcos de tierra, se hace a la mar en un barco, tiende cables, cava pozos o pastorea el ganado. Nadie diga que el Señor no está en las calles presente, cuando en las Iglesias solitarias los Sacerdotes celebran Misa diariamente. Nadie diga que el Cautivo no va a salir este año, mientras haya una voz buena llamando al que está encerrado. Nadie diga que el Gran Poder no va en su anda, cuando tantas vidas orantes se ofrecen y aman. Con cansancio en la mirada, con buen humor, sin fallarnos, también Cristo está presente en cualquier supermercado, reponiendo estanterías o a pie de caja cobrando. Jesús viene en un camión de blanco y verde pintado, Recoge nuestros desechos y se va sin ser notado. Cuando veo a tanta gente Que a los suyos ha enterrado, Siento que también salió La Piedad del barrio bajo, la Virgen de las Angustias Con su Hijo en el regazo. Y aunque a todos nos asuste El pasar por el Sepulcro, Ahí está la fortaleza De Aquel que ha vencido al mundo. Tal vez no haya procesiones con imágenes talladas pero ya ves, Cristo sale al encuentro de tu alma, en mil rostros escondido, sin cirios y sin campanas. Que aunque no haya procesiones por España en primavera, seguirá oliendo el incienso que pone su gente buena. El amor salta las tapias, el corazón no se encierra; será una "Semana Santa" más que nunca, y verdadera. Una esterilla larga de pámpanos extenuados se ha cerrado en el aire del camino pesado, como un silencio de hombre desolado que tiene el corazón a pedazos demasiados veces. El alarido de la lobreguez lo hace una voz extraña y un arcángel busca solo vanamente, el alivio pero No hay remisión para Vos, Solo hay lamento. Solo la soledad Os acompaña perennemente Por el camino de la muerte desoladora, la esperanza por la noche es todo el monto. Tan solo el acompañamiento de un pobre Cirineo, el cirineo del consuelo os coloca ante los ojos una avalancha de aurora, porque la cruz, esa cruz que llevas sobre tus hombros, no pesa por la madera ni por la triste muerte que lleva adentro, sino porque todos somos furiosos y airados verdugos indiferentes impasibles a tu condena injusta. Sin antipatía por tanta indolencia, solo la soledad y el aislamiento es el dolor y el sufrimiento: solo por el pasaje de muerte del Salvador con todo el encargo de la existencia, buscáis por entre todos nosotros la ventura con el pesado equipaje de la Cruz. Tan solo el corazón de un pobre cirineo Os vuelve la esperanza suficiente madura. Por todos nosotros sois y estáis. A nuestros residuos queréis devolver la luz: vuestra luz. Mientras que en vuestra breve oscuridad que os aproxima a la muerte, Solamente os acompaña el corazón de un pobre y obligado cirineo, Fue en aquella amarga noche, estrella de esperanza. Solo un cirineo es y parece retoño de vida antes de la angustia de la muerte! Un Cirineo, Simón de Cirene, el cirineo, Os ayuda en ese trabajo penoso de cargar con la cruz hasta el Gólgota,

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