sábado, 11 de febrero de 2012

VISTO PARA SENTENCIA

Entiendo, que es propio del ser humano, que nuestras predilecciones, nuestros actos, nuestras formas de pensar se rijan por la empatía y sobre todo por aquello que se nos ha transmitido a lo largo de nuestra educación o formación y paradójicamente en nuestra formación, en nuestros planes de estudio no existe la asignatura que nos forme para poder discernir que es justo y que no lo es.
Es la propia experiencia de la vida, la ética personal, la opinión popularizada o eso que solemos llamar sentido común aunque a veces resulte el menos común de los sentidos, lo que nos lleva a formarnos una idea de lo justo e injusto. Para deliberar sobre ello ya están los tribunales con sus jueces, magistrados y fiscales incluidos, tribunales  que abarcan desde (al parecer) el juzgado de primera instancia hasta el Tribunal Constitucional pasando por el Supremo y le queda a uno una cierta tranquilidad cuando un hecho juzgado en un juzgado pasa, por apelación a la sentencia, a otro de rango superior que reafirma o revoca lo determinado. Pero eso, que al menos para mi, es lo que me hace pensar que el tribunal Supremo ha de ser el que dicte sentencias más justas, más coincidentes con el sentir de otros jueces, abogados, fiscales y el pueblo llano en general, resulta que en los tiempos que corren estos Tribunales están muy alejados del sentir general. La sentencia al juez Garzón es la última muestra de ello. Sinceramente lamento ser tan torpe y no entender como si el fiscal pide la libe absolución los jueces por unanimidad lo condenan. Esta sentencia me hace reflexionar sobre muchas cosas y desconfiar aun más de la justicia de este país y cuanto más alto es el rango del tribunal peor entiendo sus resoluciones.
No entiendo, pero constato, que aquellos que luchan por la defensa de los derechos humanos, como es el caso del juez Garzón, o Nelson Mandela, Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Liu Xiaobo, entre otros, han de pagar un precio muy alto por sus hechos en pro de los demás y lo que más lamento es que esto no terminará aquí, ya ha habido el primer condenado del caso Gurtel, los demás imputados está por ver cuál será la sentencia, vista la del “amigo del alma” y su consocio.
Los poderes facticos seguirán persiguiendo a quines se salgan del sistema, avisan que a los miembros o amigos del partido de Paco no se les toca, ellos, al parecer, son los únicos, portadores de la razón más absoluta, de la verdad, de la ética y moral correcta y efectivamente, en algo coincidimos todos, “el fin no justifica los medios” por eso decimos que la deuda que habéis generado con vuestras obras faraónicas, despilfarros, enriquecimientos personales, y… no podemos sufragarlas solo los de siempre. El fin de bajar la deuda no justifican los recortes en salarios, en prestaciones sociales o en calidad de vida.
Pero no todo está perdido, al pueblo llano, a los lacayos y servidores se nos está permitido juzgar a los árbitros que perjudicaron o beneficiaron, según se mire, al equipo de turno e incluso con algo de suerte podamos participar en esas encuestas que resumen la marcha del país.
La balanza de la justicia la veo desequilibrada, la venda de los ojos se ha caído y la espada se ha tornado un arma de doble filo para los más vulnerables.

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