Si a lo largo de la vida lo he pensado, lo he
dicho mil veces en silencio o a viva voz, hoy me creo, me siento obligado
hacerlo por escrito. Quiero decirlo por enésima vez ¡¡¡¡GRACIAS!!!!.
Gracias a vosotros, a los que nacisteis,
vivisteis y crecisteis en tiempos difíciles. Sois hijos de la posguerra de una
posguerra en la que en cada instante afloraban las pérdidas de familiares, de
seres queridos. Hijos de una posguerra que os robó vuestra infancia y
adolescencia, os convirtió en jornaleros a edad temprana, os hizo huérfanos de
escuela y educados con el lenguaje de la calle os hizo, sacrificados, austeros, obedientes, dóciles
y sumisos a la vez que os fortaleció en el apego incondicional al trabajo y a
“vuestra empresa” como coloquialmente le llamabais, a la que llevabas la fiambrera con la comida,
hecha la noche anterior y el bocadillo del desayuno envuelto en papel de periódico.
A pesar de estas contrariedades que vivisteis
supisteis, habéis sabido, ser excelentes padres e insuperables maestros
inculcándonos aquellos valores que os fueron útiles en vuestra vida y
forzándonos en el estudio
Nos enseñasteis a lavar la ropa a mano, a
secarla al aire, pelar y freír patatas, merendar una rebanada de pan con una
“onza” de chocolate, a compartir un helado los domingos, a vestir para la
ocasión, a comprar solo lo necesario, a vivir sin lujos, sin ostentaciones y
con gran austeridad, a pedir las cosas por favor, a no levantar la voz, a
respetar a los mayores e incluso a entender que un jornalero ha de ser de
izquierdas.
En algunas cosas os obedecimos, en otras
quizás no tanto y hoy cuando estamos perdiendo los derechos por los que
vosotros luchasteis, lamento estar perdiendo este legado y necesitar vuestra
pensión para subsistir, para comprender lo mucho que significáis en nuestras
vidas, para reiteraros cariño, agradecimiento, gratitud, reconocimiento…
Gracias
por habernos enseñado a afrontar la vida con valentía y determinación, por
habernos enseñado lo que es el bien y el mal, a saber captar la esencia de las
cosas simplemente y pequeñas con tan sólo mirarlas, gracias por habernos dado éste carácter que nos
ayuda en el diario vivir...y gracias por sobre todas las cosas por haberme dado
la vida y por habernos enseñado a ser
padres, a ser maestros, a ser mejor persona...
Nos
han engañado unos canallas, unos ladrones con traje y corbata, unos corruptos que nos culpan de haber sido fieles
a vuestros principios y ambicionar para vosotros y nuestros hijos una mejor calidad
de vida, no, nosotros no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades,
hemos vivido con el fruto de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo de nuestro
quehacer cotidiano.
¡¡¡¡GRACIAS!!!!.
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