En
una noche como la de hoy, noche de Reyes, uno de mis regalos, fueron estos
versos, tal vez poco acordes con las métricas de la poesía pero que en aquel
momento significaba mucho para mí el escribirlos.
Hoy,
después de veintiséis años, quiero transquibirlos en este primer post del año
para todos aquellos que de aquí, de allá, del norte, del sur, de cerca o de
lejos se asoman a este lugar para curiosear o por distracción.
Es la noche de la
ilusión,
la noche de la
fantasía,
noche de viva
esperanza,
noche de gran alegría,
Cuando la noche
termine,
cuando se escondan
las estrellas
y la luna quede
perdida en el cielo,
despertaran en las
casas los niños
con cara de sueño y
anhelo.
¿Qué habrá en mi
casa?
¿Qué encontraran
mis hijos?
¿Qué tendrá mi
mujer?
Tantos días de
tinieblas,
de triste amanecer,
quisiera que
quedasen ocultos
en el más olvidado
ayer.
Quisiera ofrecer
una sonrisa,
una palabra, una
mirada,
una esperanza, un
beso,
una ilusión, un
querer,
que la fantasía de
los Reyes
nos pudiese traer:
un olvido total del
pasado,
un nuevo amanecer,
quizás sin grandes
promesas,
pero con gran ilusión.
sin papeles ni
lazos de colores,
pero que brote del
corazón.
Cualquier Rey nos
puede dejar
esas palabras
tiernas,
esas palabras
amables,
esas palabras
sencillas
llenas de profunda
esperanza,
de ilusiones
inefables
y que a todos
maravilla.
Que no pase la
noche
sin que se cumpla
este deseo,
que nazca el día
claro,
que nazca como
espero,
que las gotas de
rocío
asidas al cristal
de la ventana
sean gotas de amor,
sean lágrimas
olvidadas,
sean la felicidad
del mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario