El
pasado 22 de marzo de 2015 se celebraron las elecciones al Parlamento de Andalucía con una participación del
63.94% y una abstención del 36,06%. En mi opinión, son demasiados los
ciudadanos que por una razón u otra no ejercieron su derecho al voto pero esto
al parecer no preocupa, la participación fue mayor que en otros comicios y eso
merma otros análisis.
Los
partidos que obtuvieron representación parlamentaria fueron:
Partido
Socialista Obrero Español de Andalucía con 47 escaños.
Partido
Popular Andaluz con 33 escaños.
Podemos
con 15 escaños.
Ciudadanos
9 escaños.
Izquierda
Unida 5 escaños.
En
este caso los partidos políticos, a diferencia de otras ocasiones, reconocieron
y asumieron sus resultados y no se presentaron como ganadores, ni hubo mayoría absoluta.
En esta ocasión las críticas fueron destructivas y peyorativas para aquellos
votantes que libremente habían optado por respaldar la opción del partido que
durante los diez procesos electorales celebrados hasta el día de hoy ha gobernado
esta comunidad autonómica, dañada por la corrupción, el paro, la desigualdad
social… pero culta, democrática, desarrollada, prospera… como todas.
A
tenor de los resultados, ningún partido puede gobernar, por lo que se empiezan las
negociaciones y las exigencias de determinados partidos como Podemos y
Ciudadanos, quienes imponen condiciones para apoyar la envestidura de la electa
Susana Días (PSOE-A).
A
día de hoy los partidos no muestran ser claros en sus planteamientos para
apoyar la investidura de la candidata. Sorprende que, si todos buscan el bien
de los ciudadanos, no cesen de plantear exigencias que ponen de manifiesto la
falta de confianza que tienen los políticos españoles entre sí. Ellos que nos
piden su voto, que confiemos en ellos y los votemos, luego no se fían ni confían
en el cumplimiento de los compromisos
acordados.
Ni
Chaves, ni Griñán, ni PP, ni Podemos, ni Ciutadans (atentos a la coherencia, en
Andalucía cambia de nombre “Ciudadanos”), ni Izquierda Unida, ni la propia candidata
a la Presidencia de Andalucía muestran que están en política para favorecer y ayudar
a un pueblo, que al igual que otros, vota y elige a sus representantes libre y democráticamente.
Señores
políticos: no es necesario que compartan ideas, ni programas ni propósitos,
eso no es la democracia, pero sí deberían llegar a un acuerdo por el bien de
quienes les han votado y no estar como un podenco al acecho de las víctima, al acecho
de lo que pueda acontecer en las próximas elecciones municipales y autonómicas.
Señores
políticos: hablen claro, guarden el lenguaje del que
manda para cuando manden, no sean prepotentes, sean coherentes, honestos, transparentes,
servidores de quienes les han votado y recuerden “FUENTEOVEJUNA TODOS A UNA”.
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