sábado, 7 de octubre de 2017

HOY HAN PASADO DOS AÑOS

Era miércoles aquel siete de octubre del año 2015 cuando nos dirigimos al hospital para saber el resultado de la biopsia mamaria que hacía unos días le habían practicado. Aquel día, cuando nos comunicaron que la dolencia,  la enfermedad, el mal, el carcinoma se cruza en mi vida y más concretamente arraigado en esa mujer con la que comparto mi vida. La pena, el pesar, la duda se apoderó de nosotros y empezamos a vivir con ese indeseable invitado de la vida que nos obligaba a caminar por un sendero inesperado lleno de dudas, que el tiempo ha ido disipando y ayudándonos a vivir con esta anormalidad que, poco a poco y con esperanza, hemos ido superando.
Hoy después de dos años, el día amaneció lleno de luz, de sol y calor que hemos atenuado en la playa, frente al mar de color azul turquesa, de aguas cálidas y en calma. Caminando por su orilla he ido pensando en todo el camino que hemos recorrido en estos dos años. He pensado cómo y de qué manera hemos superado los escollos, las dificultades, las contrariedades, las dudas, las visitas medicas, las diversas intervenciones quirúrgicas, las rehabilitaciones, las recuperaciones y ese dolor físico que a ambos nos ha mermado algo las fuerzas en determinados momentos, pero sin perder la esperanza ni la alegría de vivir.
Hoy han pasado dos año y ya hemos podido planificar y disfrutar de nuevas vivencias, de sonreír sin necesidad de reprimir las lágrimas y solo nos queda el esperar con confianza la necesidad de someterse solo a las periódicas revisiones para verificar la recuperación de las deficiencias, carencias o huellas que deja ese “indeseable” compañero que se arrimó a nosotros, en el viaje de la vida, y que, aunque incómodo e indeseado, nos ha permitido valorar más y mejor los momentos gratos de la vida y a relativizar lo menos gratos.
Han pasado dos años y sigo deseando no soltar su mano en nuestro camino de cada día y que hoy ya parece menos quebrado, sinuoso, tortuoso, desigual y con menos obstáculos a superar. 
Han pasado dos años y hoy más que nunca tengo y siento la necesidad de abrazarla con ternura. De tener la paciencia que el amor exige y más en condiciones adversas que a la vez nos fortalecen.
Han pasado dos años y hoy, más que nunca, prometo dedicarle con gusto todo mi tiempo, mi esfuerzo de ser mejor cada día, mi máxima atención, mi ilusión y mi locura, mis ganas de vivir, y por un camino de esperanza, juntos  vivir y caminar en paz, porque hoy constato que más que nunca deseo saber siempre, sentir siempre, vivir siempre, en lo más profundo de mi alma, que no importa que desafíos puedan sobrevenirnos, puedan acontecernos, porque siempre halláremos la forma de volver a vencerlos y superarlos juntos.
Han pasado dos años y hoy más que nunca me invade la esperanza y anhelo constatar que pronto todo será pasado.

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