miércoles, 1 de septiembre de 2010

UN NUEVO VIAJE EN TREN

Hoy he emprendido nuevamente el viaje de regreso y a medida que me iba sentía que me acercaba sobretodo a mis recuerdos más infantiles cuando por este mismo trayecto nuestra familia se desplazaba en tren después de pasadas las vacaciones en las tierras del sur.
El traqueteo del tren ha sido la sintonía que ha acompañado mi memoria, mis recuerdos más actuales mezclados con los de hace más de más de medio siglo (Dios mío, que mayor soy) He visto casi amanecer en Sevilla, la Sevilla de mis recuerdos de adolescencia, la de mis recuerdos en edad madura, la ciudad que me ha ayudado en mi formación, en mi crecimiento personal y encuentro conmigo mismo.
Poco a poco el tren ha ido llegando a esas estaciones perpetuadas de alguna manera en mi mente, Córdoba, Andújar, Espeluy, seguro que si pudiera comentarlo con mi madre me referiría alguna historia, alguna anécdota, algún hecho transcurrido en su vida o en la de su familia, relacionado con estos lugares o algunos cercanos Así era ella, una antología de hechos, de vivencias, de recuerdos que solía comentar y relacionar con cualquier conversación familiar en la que participaba.
El tren se detiene nuevamente en Linares Baeza, de este lugar recuerdo que una vez, de posiblemente varias, pasamos parte de una fría noche mientras esperábamos el enlace con el tren que debía llevarnos hasta Piñar o a Córdoba o viceversa. Solo recuerdo como un sueño de difusas imágenes, un bar, y próximo a él, la parada del tranvía que unía la estación de Baeza con la Carolina. Durante la parada pregunto a un ferroviario si realmente lo que recuerdo era así, me lo ha confirmado, añadiendo que de todo eso solo queda el recuerdo ya que dejo de funcionar en el año 64.
Ha reanudado el tren su marcha y yo mis recuerdos mientras cruzábamos la frontera natural entre Andalucía y la Meseta castellana por Despeñaperros. Los verdes bosques de alcornocales, encinas y pinos, los tramos de la carretera, las trincheras de paredes abruptas por las que discurre la vía bajo un intenso cielo azul me ha parecido una imagen insólita que he contemplado hasta que ha desaparecido y nos hemos adentrado en las extensas llanuras manchegas, Valdepeñas, Manzanares y nueva parada en Alcázar de San Juan de donde tantos recuerdos de mis viajes en familia y solo conservo.
Anochece e inmerso en mis recuerdos y ligero de equipaje llega el final del viaje y nuevamente en la estación de destino donde como en otras ocasiones nadie me espera me invade el vacío, la soledad, la pena y la añoranza por todo cuanto he dejado y aquí ahora me falta.

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