martes, 19 de octubre de 2010

PASA EL TIEMPO Y ...


El paso del tiempo es inevitable y evidente pero a veces tengo la sensación que ese transcurrir sincronizado del tiempo, primavera, verano, otoño e invierno y volver a empezar, solo lo percibo cuando ese periodo está marcado por algún acontecimiento relevante.
Esta vez y en estas fechas otoñales, la boda de mi hijo Iván (el pequeño) ha dejado un día más reseñado en el calendario de mi vida. Este día me ha permitido recapitular en mi memoria hechos acontecidos a lo largo de mis años. No tengo memoria de que de forma insistente, pensase en este evento, si que la tengo de mis deseos de verlo crecer, superarse, labrarse un porvenir, tener un trabajo digno, ser alguien en la vida más que tener algo y sobretodo la aspiración de que sea feliz. Estos deseos junto a otros que no menciono y que son propios de un padre que siente un gran cariño por sus hijos, han sido,son y prevalecen en mi .
Quizás me había ido acostumbrando a verlo con Rebe, a su convivencia y vidas compartidas, pero a pesar de esta carente precisión del deseo del matrimonio de mi hijo, el día, el momento, me ha llenado de felicidad, de emoción, de satisfacción, es para mi una nueva forma de verlos crecer a ambos, de asumir (si cabe) más y mejor su vida de pareja a pesar de que unos papeles o la oficialidad de una convivencia no lo es todo.
El acto ha sido sencillo, lleno de emotividad, de alegría, de felicidad compartida con los más allegados que vivimos con ellos un día tan inolvidable.
La pareja, majísima (como todas en este día) pero la sonrisa y alegría que caracteriza a ambos nos la han transmitido de manera generosa, a raudales, a manos llenas.
Lo que nació entre ambos en la vorágine de sus estudios superiores se ha confirmado delante de los suyos con la alegría consiguiente para todos y con el deseo de que su felicidad y convivencia no se vea alterada por lo que el tiempo nos depara.
Un evento más en mi existencia y una fecha imborrable en mi memoria.
QUE SEÁIS MUY Y ETERNAMENTE FELICES.
OS QUIERO MUCHO

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