Y un día te levantas y sientes una extraña sensación, el cuerpo no te responde como es habitual. Lo achacas a un mal sueño pero a medida que avanza el día ese malestar persiste, se acrecienta, empieza a preocuparte. Transcurren los días y las molestias son más continuas e incomodas. Solo el estar tumbado parece que te alivia y es lo que te apetece. Al fin la visita al galeno, la eterna espera en la sala para que al final, después de una espera interminable, te empiecen a someter a las primeras pruebas, a las que siguen otra y otra y …¿cuándo será la última?. Los resultados son poco alentadores, nada alentadores, el mundo se te viene encima y crece la intranquilidad, la impaciencia, la angustia y el dolor persiste y se intensifica.
Hacia donde he de mirar? Donde esta la esperanza? Brotan recuerdos del pasado, los deseos, los planes, los proyectos…Se siente una soledad inmensa y no sabes que decirle al que esta cerca y callas y las palabras son eternos silencios.Se ha de intentar, se ha de mirar hacia la puesta de sol y sentir, vivir, pensar que volverá a haber un mañana. Hoy toca seguir caminando, el carcinoma no puede vencer, no ha de vencer.
Persiste la pregunta ¿por qué a mi?, ¿por qué ahora?, ¿hasta cuándo? ¡Dios mío¡ aún confio en Ti, aún tengo esperanza.
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