viernes, 9 de noviembre de 2012

PAPELES VIEJOS, CADUCADOS…

Dentro de unos días, posiblemente el 12/12/2012 finalizare mi vida laboral, dedicada en gran parte (35 años) a la enseñanza. Años durante los que he ido elaborando y haciendo acopio de apuntes, notas, escritos, dibujos, recortes de prensa y un largo etc. de material que me ha sido, a lo largo de estos años, de gran utilidad o de irrelevante e incluso, nulo uso.
Llevo ya tiempo que todo este servible o inservible material, por traslados, por carencia de espacio u otras razones o sin razones, lo voy "revisando", lo que equivale a decir, que después de desempolvarlo, leerlo, ojearlo y clasificarlo he ido desasiéndome de él.
Unas veces he recurrido a la forma fácil o habitual, depositándolo, tal cual, en unas reutilizadas bolsas de plástico que he ido llenando al máximo y que casi a punto de romperse, he depositado en el contenedor callejero para el papel.
Otras, después de leer y releer su contenido una y otra vez, de auto convencerme de que son cosas más o menos personales, más o menos evocaciones de un pasado, más o menos sentimentales, más o menos útiles a otros, más o menos ya caducas y que según una mayoría de los nuevos, los modernos, los actualizados, los reciclados enseñante o docentes, “hoy ya no valen”. Sin ningún fundamento me siento receloso, de que su contenido pudiera ser leído, utilizado por terceros o alguien se adjudicase su autoría, y por eso he ido despedazado las hojas a tiras, rompiéndolas en mil pedazos grandes o minúsculos, llenando las bolsas reutilizadas de plástico para luego, arrojarlas en el contenedor callejero para el papel pero con la precaución previa de que a la vez que los tiro, los esparzo por el contenedor para prevenir, la posible composición de lo escrito como si de un puzle se tratara. Absurda idea e inútil esfuerzo, pero así soy yo.
Otros apuntes, notas, escritos, dibujos, recortes de prensa, los menos, los he guardado y salvado de “la quema”, de los finales descritos y haciendo uso de las tecnologías actuales, los conservo en menor espacio y con la misma identidad y posibilidad de acceder a ellos, de leerlos y releerlos, rememorando un tiempo pasado y una profesión, ocupación, trabajo, quehacer o dedicación que a nivel humano y personal me ha aportado mucho de bueno, lo que tal vez en su día, cuando me inicié en la labor docente, no podía imaginar.

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