La
verdad es que no tengo la percepción de que el domingo día 13 de abril sea ya
Domingo de Ramos. Día en que se inicia la Semana Santa, que sin lugar a duda
transforma o parece que transforma el panorama nacional. Una vez más en las “vacaciones
de primavera” parte de las gentes se arremolina en playas, ciudades y pueblos.
Unos para “descansar” otros para distraerse, para holgar y las ciudades de
arraigo procesional se echan a las calles para participar en unos festejos que
me incitan a pensar, si es solo una antigua tradición, una manifestación
artística, una manifestación de devoción religiosa o una forma de sentir de
algunos pueblos y ciudades.
No
tengo la percepción, de la llegada de estas fechas, posiblemente porque mi mente esta absorta en
otras cuestiones de mi vida que me desvían la atención de una época del año que
durante mi vida laboral tenía más en mente, o al menos más presente que ahora.

Pueblos
y ciudades cuyas calles se llenaran de vecinos, lugareños o forasteros y que ajenos a una tradición, convertirán
estas fechas en época de vacaciones y fin de semana largo, de distracción, vida
sedentaria y distendida y que con el recuerdo de lo vivido retornaran a sus casas,
a sus lugares de origen poniendo fin a esta Semana Santa.
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