Jerez es Jerez porque es la ciudad, antigua frontera entre árabes y cristianos, con un legado heredado de las culturas que se han asentado y dominado en el término municipal a lo largo de los tiempos. Es ciudad aristocrática y popular, capital ecuménica del vino, del caballo y del flamenco. Es urbe noble, señorial y popular a la vez, donde se pueden admirar antiguos palacetes colindantes con suntuosas y populares iglesias que están tuteladas por su Catedral que aúna los estilos gótico, barroco y neoclásico y se alzó sobre parte de los restos de la primitiva Mezquita Mayor de Jerez y la antigua Iglesia del Salvador. La estampa tradicional de la arquitectura de sus bodegas le confiere un urbanismo singular que contrasta con el casco antiguo de fisonomía andalusí y las nacientes urbanizaciones que circundan el lugar.

Jerez
es Jerez y un año más encaló de blanco sus viejas fachadas, se engalanó de
primavera para a renglón seguido vestirse de penitente y cofrade con túnicas y sayales de nazareno, se ha
desvestido para ataviarse de motero/a, indumentaria previa al traje que lucirá
en su feria del caballo.
Jerez
es Jerez y se acicala para acoger a moteros enfundados en coloridos monos,
amantes de sus máquinas y de su afición que harán sonar en el tranquilo
ambiente de la ciudad, el rugir de sus maquinas, el tufillo del combustible
quemado y el hedor de la goma chamuscada, mientras en el circuito se alzarán
con los laureles de la victoria los mejores, que como en otras ocasiones, esperamos
que lleven nombre español.
Y
a la postre Jerez es Jerez con su idiosincrasia, su tipismo, su calle Larga por
donde deambulan vecinos y forasteros que se detendrán, en el edificio del Gallo
Azul, icono de los tabancos y ventas de la ciudad, ubicado en la confluencia de
la calle Larga con la de Santa María, y en cuya plazoleta el monumento que
corona un reloj nos indica la dirección hacia las dos ciudades Sevilla y Cádiz.
En calles como Porvera, las aledañas del ayuntamiento o contiguas afluye
visitantes para tapear, charlar, mirar o simplemente discurrir en las soleadas
mañanas primaverales invitando a recordar los versos escritos por José Mª Pemán
en su poema “Feria de abril en Jerez”
Así son las cosas de esta Andalucía:
la forma brillante
y el fondo vacío;
para poco cante,
muy largo el jipío.
A menos negocio, mayor fantasía,
así son las cosas de esta Andalucía:
más sal que sustancia... ¡Feria de Jerez!
¡ Rumbo y elegancia de esta raza vieja
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