domingo, 27 de abril de 2014

JEREZ ES JEREZ



Jerez es Jerez porque es la ciudad, antigua frontera entre árabes y cristianos, con un legado heredado de las culturas que se han asentado y dominado en el término municipal a lo largo de los tiempos. Es ciudad aristocrática y popular, capital ecuménica del vino, del caballo y del flamenco. Es urbe noble, señorial y popular a la vez, donde se pueden admirar antiguos palacetes colindantes con suntuosas y populares iglesias que están tuteladas por su Catedral que aúna los estilos gótico, barroco y neoclásico y se alzó sobre parte de los restos de la primitiva Mezquita Mayor de Jerez y la antigua Iglesia del Salvador. La estampa tradicional de la arquitectura de sus bodegas le confiere un urbanismo singular que contrasta con el casco antiguo de fisonomía andalusí y las nacientes urbanizaciones que circundan el lugar.
Jerez es Jerez porque sus gentes, sus individuos tienen rasgos, temperamento, carácter, distintivos muy propios y peculiares. Lugar donde coexiste la viña, el lagar, los caldos propios y las caballerizas, con capas alazán, bayo, blanco, castaño, negro, palomino, ruano o tordo. Es cuna de gran prestigio en el cante y guitarra flamencos, de personajes ilustres en todos los ámbitos culturales, literarios, artísticos y científicos.
Jerez es Jerez y un año más encaló de blanco sus viejas fachadas, se engalanó de primavera para a renglón seguido vestirse de penitente y cofrade  con túnicas y sayales de nazareno, se ha desvestido para ataviarse de motero/a, indumentaria previa al traje que lucirá en su feria del caballo.
Jerez es Jerez y se acicala para acoger a moteros enfundados en coloridos monos, amantes de sus máquinas y de su afición que harán sonar en el tranquilo ambiente de la ciudad, el rugir de sus maquinas, el tufillo del combustible quemado y el hedor de la goma chamuscada, mientras en el circuito se alzarán con los laureles de la victoria los mejores, que como en otras ocasiones, esperamos que lleven nombre español.
Y a la postre Jerez es Jerez con su idiosincrasia, su tipismo, su calle Larga por donde deambulan vecinos y forasteros que se detendrán, en el edificio del Gallo Azul, icono de los tabancos y ventas de la ciudad, ubicado en la confluencia de la calle Larga con la de Santa María, y en cuya plazoleta el monumento que corona un reloj nos indica la dirección hacia las dos ciudades Sevilla y Cádiz. En calles como Porvera, las aledañas del ayuntamiento o contiguas afluye visitantes para tapear, charlar, mirar o simplemente discurrir en las soleadas mañanas primaverales invitando a recordar los versos escritos por José Mª Pemán en su poema “Feria de abril en Jerez”

“Pasó el rebullicio, pasó la alegría...
Así son las cosas de esta Andalucía:
la forma brillante
y el fondo vacío;
para poco cante,
muy largo el jipío.

A menos negocio, mayor fantasía,
así son las cosas de esta Andalucía:
más sal que sustancia... ¡Feria de Jerez!
¡ Rumbo y elegancia de esta raza vieja

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