domingo, 27 de julio de 2014

HOY SIGO AQUÍ, RECORDANDO



Veintisiete de julio, verano, y el calor, como siempre en estas fechas estivales domina en el ambiente y en mi mente confluyen los recuerdos de aquel día que amaneció un tanto incierto y al final vivimos el desenlace que me dejo huérfano.
Hoy me he puesto a recordar y me invade la nostalgia, la melancolía, el recuerdo de tantas y tantas cosas tuyas y no es que otros días no me acurde de ti, es que hoy es un día un tanto especial, un día en que quiero traer a mi memoria cosas de ti, esas que no me dicen las fotos y que prevalecen en mi memoria. Imposible olvidar tus ojos grandes y oscuros, tú andar airoso, tus manos suaves, tus besos tiernos, cálidos, afectivos y de los que tú por cada uno que yo te daba me correspondías con mil. Está presente en mi memoria tu ternura, tu bondad, tu belleza, tus consejos, tus palabras, tu sacrificio, tu atención, tu desvelo, tu vida, tu esperanza, tu conformismo y principalmente tu cariño infinito.
Te vivo en cada recuerdo de mi infancia, de mi adolescencia, de mi edad madura. Te evoco y renacen tus abrazos, tus consejos y reprimendas, tus palabras de aliento, tus instrucciones para la vida. En infinidad de días siento que ahora si, ahora si que tengo cosas para contarte y sé que disculpas mis silencios. Hoy sigo aquí, recordando tu cariño, amando tus recuerdos y constatando que nunca vuelve aquello que se pierde pero que vive en mi porque el cariño, el recuerdo a ti, querida mama, siempre perdura.

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