Ayer,
12 de agosto por la mañana se daba la noticia del fallecimiento del hermano de
la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Miguel Pajares,
enfermo de ébola y que había sido repatriado desde Liberia a España el pasado
jueves, junto con la hermana Juliana Bonahé que al parecer está afectada
de fiebres tifoideas.
Miguel
Pajares, un misionero que ha dedicado parte de su vida a la ayuda de los más
desfavorecidos de Liberia, se ha ido después de traernos un mensaje que quizás
para muchos es indiferente. Veo que no vino solamente infectado de ébola, llegó
infectado de todas las miserias que padecen las naciones de África. Naciones
cuyos habitantes forman parte del colectivo que a diario llegan a este país
buscando una mejor calidad de vida.

Algunos
no se enteran que uno de cada cuatro (25%) menores de 16 años se sitúa por debajo del umbral de pobreza.
Cerca de 30.000 familias con niños pasan hambre en España, la mitad de los
pobres ya no pueden comprar medicamentos, ni seguir ningún tratamiento médico y
al cerrarse los comedores escolares en época de vacaciones, la deficiencia en
la alimentación de un determinado número de niños es notoria.
Algunos
no se enteran de que el Gobierno jalea una recuperación económica de la que el
pueblo llano, los de siempre, no se enteran y que constata y vive que España es
hoy el segundo país más desigual de la UE. Los ricos son más ricos y los pobres
más pobres.
Algunos no se enteran que se ha polemizado
sobre el pago de la repatriación de Miguel Pajares y Juliana Bonahé y se ha
tachado esta polémica de bajo, vil y despreciable pero baja, vil, despreciable, mezquina,
ruin… es que la Ministra de Sanidad Ana Mato no haya dicho ni palabra sobre
estas situación. Pero no nos puede sorprender, la susodicha al parecer no se
entera de que el
juez Ruz dice que parte del total de las entregas de la trama Gürtel, un total
de 50.331,82€, fueron pagados como "viajes y servicios turísticos" de
los que se benefició la ministra,
mientras que otros 5.108€ fueron para "eventos y regalos familiares"
como las fiestas de cumpleaños y comuniones de las hijas del matrimonio. Algunos
no se enteran que otros soportan hambre y miseria.
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