Empezó como una simple posibilidad que ha fraguado en un viaje que me permite tergiversar la primera y resabida frase de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. En unos lugares de la mancha de cuyos nombres si quiero acordarme he vivido unos días de descanso, de recuerdos, de historia y de amistad.
El
primer lugar y punto de partida hacia otros, ha sido Almagro, capital histórica
del Campo de Calatrava y cuyo topónimo hace alusión a la característica arcilla
rojiza de la zona, que se refleja en el colorido de la Plaza Mayor y otros
edificios locales.
El
paseo por Almagro permite observar portales de casas solariegas hidalgas y
varios palacios que muestran la importancia y nobleza que llegó a tener la urbe,
cuya Plaza Mayor es porticada de planta rectangular irregular y dos pisos, donde
se ubica el Corral de Comedias del siglo
XVII, el único que se conserva íntegro de esa época. En las proximidades de la
misma se halla el museo del encaje donde se muestran colecciones de picaos,
encajes y blondas, confeccionados en la localidad y que en sn un tiempo su
elaboración constituía una industria textil artesanal muy relevante.
La siguiente visita ha sido a Campo de
Criptana. Villa inmortalizada por Cervantes en su descripción de la
lucha que mantuvo Don Quijote contra los molinos trasmutados en gigantes
braceando al viento.
Los molinos son
de planta circular coronados por una cubierta
cónica giratoria que permite orientar las aspas para aprovecharan el viento a
conveniencia. Están declarados Bien de Interés Cultural. Se les apoda con distintos
nombres y en sus plantas horadadas de ventanucos guía para la orientación del viento, encierran entre
sus paredes de mampostería blanqueadas
con cal, distintas exposiciones y museos. El llamado “Culebro”, alberga una
exposición-homenaje a la insigne manchega, Sara Montiel, actriz y cantante de renombre
nacional e internacional. En el molino “Burleta”, se conserva,
ubicada en el piso superior, la maquinaria original y que aun puede funcionar y
así rememorar las antiguas moliendas de grano que en ellos se realizaban.

Siguiendo “la
ruta de Don Quijote” llegamos a la Muy
Heroica y Muy Leal e Invicta ciudad de Valdepeñas que junto a sus monumentos
históricos, muestra numerosas, construcciones
de tipo modernista a la vez que se ha ido adaptando al giro de los tiempos, y su
historia es la misma que la de sus moradores que con el trabajo y la
reciedumbre de su tierra, gozan de una ciudad moderna, atractiva y digna de ser
conocida y visitada.
Desde Almagro iniciamos el viaje de
regreso contemplando las grandes planicies de La Mancha donde se está
recolectando la uva que permitirá elaborar los caldos que forman parte inherente
de la notoriedad de estas tierras que son recuerdo de mi infancia porque de
ellas brotan mis raíces paternas.
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