jueves, 20 de noviembre de 2014

LLORA SEVILLA



Los versos de una copla popular dicen así:
“Dicen que llora Sevilla
porque el río se le va,
como una cinta de plata,
caminito de la mar”.
Sevilla es pródiga en lágrimas en más de una ocasión, cofrades, hermanos, costaleros, nazarenos, los penitentes y devotos han derramado lágrimas porque la lluvia ha impedido la salida de su cofradía. Otras veces, esas mismas lágrimas, han aflorado ante el paso de su devoción y seguramente en más de una ocasión las lágrimas de este pueblo se han confundido con la emoción y la alegría del momento.
Hoy 20 de noviembre podríamos parodiar y escribir:
“Dicen que llora Sevilla
porque la duquesa se le va,
como una nube de otoño
caminito del más allá”.
Hoy ha fallecido, María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, comúnmente conocida como Cayetana de Alba o Duquesa de Alba. Una mujer quizás impropia de su tiempo a quien han calificado cada cual según su crítica mirada. Dicen que vivió como quiso, que era una mujer libre, de carácter, que se puso al mundo por montera, amante de la cultura, del arte, del baile flamenco, el cante “jondo” y de un pueblo, Sevilla, que no la vio nacer pero si crecer y compartir sus tradiciones lo que la convirtió en una insuperable embajadora de Sevilla, Andalucía y España.
Hoy muchos se han acelerado a desempolvar las hemerotecas, y como es propio en estos casos, se han escrito y se escriben todas las más excelentes cualidades de la fallecida.
Pero hoy, también en la memoria nos resuena que hace treinta y nueve años que fenecía el dictador que gobernó este país durante treinta y seis años. También hoy en Sevilla, en Andalucía, en España y en el resto del mundo más de una familia se vestirá de luto y llorara la pérdida de un ser querido, de ellos nadie hablara, son los ignorados, los desconocidos de los que nadie habla aun siendo sus cualidades humanas tan o más relevantes que las que en un momento determinado se puedan reseñar de alguien.
Y allí, en el Palacio de las Dueñas, donde hoy ha expirado la Duquesa de Alba, queda perenne, en el muro de acceso al Palacio de Las Dueñas, una placa testifica que allí nació y vivió su infancia el poeta Antonio Machado, y así lo plasman los versos
"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero."

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