Como es propio de estas fechas, pero con nieve, se ha celebrado la jornada de la entrega de los Premios Goya. En esta, la vigésimo novena edición, el filme de Alberto Rodríguez, “La isla mínima” ha alcanzado la victoria máxima con diez 'cabezones' , mientras que el malagueño Dani Rovira, presentador de la gala y que además logró su estatuilla al actor revelación en “Ocho apellidos vascos”, fue un perfecto anfitrión y estuvo “sembrao”.
Creo
que es justo y cabe reseñar que “los Goya” han sido una muestra de la cultura y
el talento que hay en este país. Un triunfo y un reconocimiento del cine
andaluz, porque estuvieron llenos de cómicos, presentadores, homenajeados y
ganadores de la comunidad de Andalucía.
Catorce han sido los premios con los que ha sido reconocido el cine andaluz, un
cine andaluz con talento, un cine andaluz por fin, sin los clásicos típicos y
tópicos que se han mostrado, en tantas ocasiones, en la gran pantalla.
Como
es propio en este acto las reivindicaciones atuvieron patentes y en especial
para reivindicar, una vez más, que se valore dignamente a la cultura, porque es
la base del pueblo y no se puede someter a un IVA que impide el acceso a los
más desfavorecidos, que cada día, a pesar de las proclamas de los gobernantes
de turno, son mayor en número y en precariedad.
Recogiendo
las palabras de un malagueño galardonado que decía, “Hoy comienza la segunda parte del partido de mi vida”, espero y deseo que
hoy comience la segunda parte del partido de la vida de todos aquellos que
luchamos por una cultura para todos y al alcance de todos.
La
"noche soñada" puso su broche de oro a un año de máximo esplendor para
el cine español que dice cantando, “Resistiré” a pesar de las trabas impuestas
por el actual Gobierno que parece inducirnos también a la precariedad de la cultura.
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