domingo, 16 de agosto de 2015

A RAFAEL CHIRBES

La noticia del fallecimiento de una persona nunca resulta indiferente y menos en este caso. Ayer los medios de comunicación informaban de la muerte del escritor Rafael Chirbes. El autor, entre otras obras, de 'Crematorio' y 'En la orilla', uno de los grandes de la literatura contemporánea española. Me costó creer que era cierto.
 Nuevamente me veo ante la dolorosa noticia de la muerte. Esta vez el que ha cerrado los ojos a la luz del día, para abrirlos a la luz la eternidad, a la vida perdurable,  es de uno de mis compañeros de los años de internado en el C.H.F. de León. Hoy se me hace muy difícil sentarme aquí y empezar a escribir sobre él, pero siento la necesidad de hacerlo a pesar de que no sé por dónde empezar, ni qué decir, han pasado tantos años que me cuesta poner cara a su nombre, pero vagamente aun recuerdo aquellos años de traje de pana, de corbata los domingos, de pupitres compartidos, de compañeros y amigos inmersos en un mundo de silencio, de estudio, de frio, de soledad donde la amistad era básica para ir creciendo como personas, donde la injusticia era la espoleta que nos hacia estallar en silencio mientras cruzábamos miradas en desaprobación de lo acontecido.
Tú, a lo largo de tu vida, de tu obra has ido dejando escrito parte de lo que compartimos durante años y tu partida, tu ausencia física nos deja un gran vacío pero nos llena el corazón todo cuanto en vida nos has dado y enseñado, de cada uno de tus éxitos, de tus premios literarios, de los que me he sentido orgulloso y me he vanagloriado de ello como el niño se enorgullece cuando su equipo, el quipo del que él no forma parte, gana.
Gracias Rafael, gracias por todo lo que nos has dado, por todo lo que nos has enseñado y por todo lo que nos dejas, tu amistad y tu obra. Desde aquí transmito mis condolencias a sus familiares y amigos. Descanse en paz.

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