viernes, 24 de noviembre de 2017

LA TRAGEDIA QUE OLVIDAMOS

La presentadora radiofónica Pepa Bueno titulaba hoy en su apartado de “LA OPINIÓN “La tragedia que olvidamos”. Después de escuchar su alocución no puedo por menos que expresar mi total apoyo a esas palabras, a la vez que observo lo triste que resulta tener que aceptar que la inmigración irregular sigue siendo una gran tragedia en esta sociedad del siglo XXI, que se rasga las vestiduras fácilmente ante determinados atropellos, pero que es incapaz de pedir que se ponga remedio a una situación tan grave como la que padecen un gran número de personas, los inmigrantes, que se ven abocadas a buscar una salida de su lugar de vida cotidiana impulsados por el hambre, la miseria y las guerras que padecen en sus países de origen.
En los últimos días hemos asistido atónitos y expectantes a los hechos que se han ido desarrollando en Catalunya, lo que ha hecho que nos olvidemos y no se nos informe de otros temas que han afectado a nuestro país, uno de ellos, la masiva llegada de inmigrantes a diferentes puntos de las costas mediterráneas y las muertes de hombres, mujeres y niños inmigrantes que ansiosos deseaban alcanzar la orilla de su dignidad, de su libertad, de su felicidad. Deseos que no se podrán detener como lo demuestran las cifras que hablan de que en el 2017 han llegado en patera 19 mil personas, más del doble que el año pasado, porque la desigualdad está creciendo a un ritmo desenfrenado. El crecimiento económico sólo está beneficiando a los que más tienen. El resto, en especial, los sectores más pobres, se están quedando al margen de la reactivación de la economía así, los más ricos son cada vez más ricos, y los más pobres son cada vez más pobres.
Quienes desafían el problema diariamente, Salvamento marítimo, Cruz Roja, ONG´s, el Defensor del Pueblo, que atiende las denuncias sobre vulneración de derechos, o los jueces que vigilan para que esos derechos se respeten, se les acumula el trabajo y se confirma la falta de medios para atender dignamente  a los inmigrantes. Constatamos que no se les puede alojar dignamente y se resuelve instalándolos en cárceles como la de Archidona de la que el Ministro del Interior de turno, dice que los inmigrantes tienen "calefacción, ducha y ocio". En realidad lo que están sufriendo es un "atropello" de los Derechos Humanos. Esta tragedia que frecuentemente se repite en casos puntuales nos conmueve, como fue el suceso del niño sirio de tres años Aylan Kurdi muerto en la playa y cuya foto conmocionó al mundo. Ya de aquello nos hemos olvidado, de aquello y de otras muchas imágenes que muestran la tragedia vivida por seres humanos que ansían un mundo, una vida mejor mientras que vivimos cómodamente hasta la siguiente oleada, que no va a tardar en llegar porque no merma el más poderoso efecto llamada que es la trata de personas, la hambruna o la guerra, una tragedia que España y toda Europa enmascara y no soluciona y sobre la que existe una hipócrita doble moral. Todos los países europeos siguen viendo a África como un granero de materias primas y de mano de obra barata, y no como un aliado en la construcción de un mundo de iguales, escenas como las de estos últimos días en nuestras costas, seguirán golpeando nuestras retinas y nuestras conciencias.
Nos conmovemos, nos impresionamos, nos inquietamos, nos… pero luego, en el momento de unas elecciones, se vota a los políticos populistas y extremistas alentadores de sentimiento antiinmigración y que hacen bandera de la desdicha ajena, mientras  en las urnas menguan los votos a partidos que tienen políticas decididas de acogida y defensa de los derechos humanos de todos y para todos.
Una vez más y desde este humilde lugar, para no olvidar la tragedia de la inmigración, pido, reclamo, suplico que tengamos conciencia de que hoy y siempre, lo que necesitamos es: menos fronteras y más humanidad.

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