lunes, 21 de mayo de 2018

ADIÓS A ETA

El viernes cuatro de mayo de 2018 ha quedado inscrito en la historia de nuestro país con el acto de disolución de ETA cuya “escenificación” ha tenido lugar en la localidad francesa de Cambo-les-Bains. En realidad el adiós a ETA se dio  más concretamente en octubre de 2011, cuando notificó que dejaba de matar. Ahora una nueva información “la  banda comunica el "final de su trayectoria" y que "ha desmantelado totalmente sus estructuras”. Bajo mi punto de vista, lo que nunca debió de existir ha tardado demasiado en disolverse totalmente.
ETA, la última banda terrorista de Europa se ha desmantelado, ha sido derrotada policial, judicial y socialmente. Ha sido derrotada por la democracia, dejando el amargo dolor de las víctimas. El miedo con el que diariamente iniciábamos el día, tantas mañanas, tantos calambres, tantos latigazos, tanto espanto, tantas lágrimas. La confusión entre el perdón por los hechos y la condena por los incomprensibles actos. Los atentados, los asesinatos, las extorsiones, los secuestros, lo absurdos comunicados ya son historia, una historia que jamás debió ocurrir.
ETA fue siempre algo impropio de nuestra época,  un anacronismo que hizo mucho daño a todos. Y no queremos que al comunicar su disolución les robe el protagonismo a las personas que han sufrido sus disparos, sus bombas, sus amenazas, sus sentencias de muerte y extorsiones. Desde su fundación en 1958 y primera acción violenta en julio de 1961 han asesinado a 829 personas, ha secuestrado a 38 y ha dejado mutiladas y llenas de dolor a un número impreciso de seres humanos, algunos de los cuales han sabido perdonar aunque el padecimiento esté presente en cada momento de sus vidas.
El terrorismo de ETA no tiene justificación de su trayectoria terrorista desde sus inicios y que sus víctimas lo fueron injustamente. La historia debe condenarle sin remisión y es fundamental que las generaciones jóvenes conozcan esa verdad para que la historia no se repita y aún existe, también, mucho desconocimiento entre las jóvenes generaciones vascas y del resto del país de lo ocurrido durante los años de plomo. Los extremismos, son para mí, ilógicos, absurdos, irracionales… y nadie puede vanagloriarse de ser un extremista, de hacerlo público y actuar impunemente basándose en esa “condición” por muy “aceptable “que tenga que ser el respeto a la diversidad pero ni los mismos “autollamados extremistas” respetan la diversidad y atacan impunemente con actos violento y escritos ofensivos. 
Como muchos, espero que algún día ETA y su mundo político reconozca que matar estuvo mal y que la historia de ETA es la historia de un fracaso. Y que ha llegado ya uno de los momentos más difíciles, el de pedir perdón y el de perdonar. Víctimas y victimarios ha de saber que a pesar del dolor de unos y la sin razón de otros es preciso que llegue la reconciliación, abandonar el revanchismo y encontrar la “tranquilidad” en la reconciliación porque si un día algunos gritaban “Gora ETA” hoy somos muchos los que acallamos, silenciamos, aplacamos aquellos alaridos con la exclamación de “Agur ETA”… y ¡hasta nunca!.

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