LA RUTA DEL ICTUS
Quizás el título de ruta del ictus no
sea el más idóneo, ya que según el Diccionario de la Lengua Española “ruta” lo
define como:1. f. Rota o derrota de un viaje. El
camino dirección que se toma para un propósito, también habla de la f. Rota o
derrota de un viaje 2. f. Itinerario para el viaje.
Pero quizás el título es lo menos significativo, el hecho para mi relevante, es
que estoy escribiendo este post donde refiero uno de mis retos
más ilusionantes porque tiene el hándicap de que lo escribo durante mi
convalecencia, después de padecer el ictus y la intervención quirúrgica de
bypass coronario a la que me han sometido. Otra vez me choca el título de ruta
con lo que realmente he vivido.
La ruta del ictus intenta reflejar
cronológicamente todo aquello que he ido viviendo a partir del día 16 de
AGOSTO: en que por la mañana me vi afectado de un ictus y que gracias a la
rapidez, la eficacia, el saber y el buen hacer de mi mujer, hicieron que hoy
pueda estar escribiendo lo que recuerdo de aquellos momentos. Ella, orgullosa y humilde compañera y siempre
generosa, cuando estaba en el suelo prontamente detectó que estaba sufriendo un
ictus y, sin pérdida de tiempo, alertó a los servicios de urgencias que de
forma rápida y eficaz me trasladaron hasta urgencias y posteriormente a la
Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Jerez. Es muy importante saber
que cuando una persona sufre un ictus hay que
actuar con la máxima rapidez, ya que cuanto más tiempo pase una persona sufriendo el ACV
las secuelas serán más graves.
Yo, como he mencionado, me he restablecido
bien dada la rápida eficacia de mi esposa y de los servicios sanitarios que presurosomente me trasladaron a la Unidad de Cuidados
Intensivos del hospital de Jerez y allí fui ingresado en un estado, yo creo que
de inconsciencia más que de conciencia, entre aquellas blancas, ásperas y arrugadas sábanas, mientras que mi cabeza
reposaba sobre una dura e incómoda almohada blanca, y mi postura me era cada
vez más difícil de soportar e incluso me
impedía ver con claridad todo aquello que estuviera ubicado a mi izquierda y
por eso se me hacía difícil distinguir la silueta de mis hijos, y poco a poco a
esas personas queridas que desde el primer momento me hacían compañía y me
tendían su mano que con dificultad yo podía estrechar y apretar, me fallaban
las fuerzas. En los primeros momentos de esta ruta, solo recuerdo con mayor
claridad el traqueteo de la ambulancia y,
al igual que había visto en algunos documentales televisivos, era colocado en
la camilla. Con lo que aquí expongo no pretendo dar instrucciones a nadie sobre
cómo uno se debe sentir o que debe hacer. Solo pretendo exponer mis vivencias,
de las cuales y quizás la más dura, si se puede decir así, fue el constatar que apenas podía beber porque
fácilmente me atragantaba. Como consecuencia del ictus tenía disfagia. Recuerdo
lo angustioso que fue el notar mi torpeza o imposibilidad de actuar con el
brazo izquierdo. Quise llevármelo a la cabeza. Sentí que era como un miembro
inerte que no respondía a mi deseo. Por fortuna todos los demás sentidos los
percibía con claridad, en especial el oído que me mantenía en contacto y
vinculado con mis seres queridos y, por supuesto, mis sentimientos y
preocupación por ellos, estaban vivos y
posiblemente eso es lo que me hizo reaccionar, abrir los ojos y pensar que con
la ayuda del Altísimo (porque para algo soy creyente) y mi tesón, obstinación,
mi fuerza y el apoyo de todos, y el buen hacer de los especialistas médicos y
la confianza de mis seres queridos que tan cerca y tanto los sentía en aquellos
momentos, yo me iba a recuperar, aunque en aquellos momentos no era realmente
consciente de mi situación, pero tenía claro que no me podía dejar vencer, ni
podía decaer. Después de pasar cinco días con sus cinco noches en la UCI,
contemplando el crepúsculo de la tarde y el alba del nuevo amanecer y siguiendo
desubicado, me comunican que me dan el alta para irme a la planta, esto
despierta en mí y en mi entorno un cierto grado de esperanza. Mi traslado a
planta se hace realidad por fin, una vez salvada la burocracia, y en la misma
cama de la que me siento muy vinculado me trasladan a una habitación en la
segunda planta, al llegar oigo los comentarios simpáticos de todos, ya que es
una habitación enorme solo para mí, una auténtica “suite”.
21AGOSTO: De mi estancia en la UCI poco o nada recuerdo,
sí bien tengo el vago recuerdo que desde la cama y a través de una ventana
próxima podía ver la claridad del día y como declinaba la tarde otoñal, a pesar
de que como me hizo notar uno de mis hijos, mi desubicación en el lugar y en el
tiempo era total y aquella monotonía solamente se rompía cuando traían la
comida o con algún comentario aislado de esas personas tan queridas que siempre
permanecían a mi lado. Recuerdo perfectamente que, en un momento determinado,
me veo sentado en un sillón y atado con
unas sábanas para mantenerme erguido. Verme en esa situación me hace comprender
lo decrépito que me encuentro. Inmediatamente pienso que no, que esa no es la postura
que quiero y reaccionopidiendo que me desaten para ir al W.C. yo solo, y
andando y bajo la atenta vigilancia y amparo de todos los presentes llego hasta
el servicio y vuelvo andando por mí mismo. “reto” superado, soy capaz de andar
y constato que soy capaz de moverme en la cama. Al día siguiente ya me procuran
un “andador” y con torpeza pero con cierta seguridad y la atenta mirada de los
míos inicio los primeros pasos. Todo un logro, reto superado, si bien la mano
izquierda aun no me responde bien y no puedo mantenerla en la empuñadura del
andador, pero por lo menos he andado, he roto la monotonía del día. Ya no me
siento esclavo de la cama y tan pronto como sea posible volveré a levantarme y
caminar con la ayuda del andador. Mi hijo menor, con el humor y la alegría que
le caracteriza, me lleva en silla de ruedas por los pasillos y distintas
estancias del hospital. Eso es una nueva forma de salir de la habitación, una
nueva distracción, una forma de romper la monotonía que me permite sentirme más
cerca del mundo real. Me gusta llegar al final del pasillo y poder observar
desde la ventana la policromía del crepúsculo y el color de los campos que
puedo entrever. La penumbra se ha hecho noche, la noche con sus estrellas y el
cansancio que me pesa, constato que cae el silencio y la habitación entra en
silencio y en penumbras, invitando al sueño.
Parece que ya he terminado mi
estancia en este hospital. Me van a trasladar a otro donde podré hacer
rehabilitación. En concreto al
Hospital Juan Grande de la orden hospitalaria de San Juan de Dios.
29AGOSTO: Hoy se ha realizado el traslado al nuevo
hospital, estoy en una
habitación compartida y dispuesto a la rehabilitación que diariamente he de
hacer. También en este hospital estoy acompañado por mi cónyuge que vela por
mí a cada instante y me auxilia en todo
cuanto yo no puedo hacer o valerme por mi mismo, y así en cada comida que, por
cierto, para mí son apetecibles, sus manos son las mías. E incluso en el aseo
personal ella me tiene que ayudar. Que decrepitud la mía y cuanta ayuda preciso.
Ella, con angustia en el alma, y moderada serenidad, ha ido pasando las noches
en un incómodo sillón que solo ha abandonado a primeras horas del amanecer para
irse a tomar esa pócima negra denominada café que vigoriza, estimula y que se
convierte es su fugaz desayuno. Eso me preocupa porque necesito que se cuide y,
no solo por su bien, sino también por el mío y por el de todos.
En este hospital me hacen la prueba de “hoster” para
comprobar el ritmo cardiaco, ya que una anomalía en el mismo puede haber sido
la posible causa del ictus que he tenido. En este centro también constato que la atención y cuidados médicos son
extraordinarios y con la ayuda del andador, vuelvo a pasear por los pasillos y
por otras dependencias del lugar, e incluso en silla de ruedas llego al lugar
donde hago rehabilitación y confirmo la
gran profesionalidad de los fisioterapeutas y auxilares que me han atendido.
Con su ayuda he vuelto a andar, con cierta dificultad, pero cada vez mis pasos
son más seguros y soy más consciente de lo que hago, y de mis limitaciones, de
la gran ayuda que me prestan mis allegados y
la notoria profesionalidad, apoyo y ayuda de los facultativos que me
aconsejan que no use ningún sistema de ayuda como bastón, muleta o andador para
caminar. Me dicen que las “conexiones de mi cerebro” se han de ir
restableciendo. Yo me imagino mi cerebro como un gran cuadro de mandos donde el
cableado ha de estar correctamente conectado. Cosa que yo ahora no tengo, así que
iré trabajando hasta conseguir la correcta conexión.
La estancia en el hospital es
muy gratificante gracias a todos los que me acompañan. El día 7 de SEPTIEMBRE regreso a mi casa
donde me desenvuelvo con bastante cordura. Puedo incluso subir las escaleras.
Volver a casa después del hospital es un asunto inquietante, no sabe uno lo que
se va a encontrar después de tantos días aislado y protegido por unos
profesionales. En casa todo es nuevo, no hay expertos, pero tengo a mi mujer
que es como si lo fuera, porque yo confió plenamente en ella que no cesa de
prestarme todo tipo de atenciones con ese cariño y ternura, agrado tan propio
de ella.
7 SEPTIEMBRE: me han dado el alta en el Hospital Juan Grande y llego
a mi casa muy contento. Todo me parece nuevo, y es que por fin he dejado los
hospitales y vuelvo a la normalidad con ciertas limitaciones, de las que creo
que soy consciente, pero con mucha tranquilidad y total convencimiento de que
con la ayuda del Altísimo y de todos los que están a mi lado, seré capaz de
vencer esas restricciones, de igual forma que he ido venciendo la inmovilidad
de algunos miembros y la habilidad emocional aunque en determinados
momentos soy consciente de mi
irritabilidad. Pero eso también, siempre ha formado parte de mi carácter.
Poco a poco seré más autónomo. Hoy vivo otra de mis limitaciones, No soy capaz
de usar el ordenador. Yo que tanta soltura tenia con esta herramienta, ahora
veo que no acierto ni a lo más básico, así que algo más para superar. Algo más
que superaré, ya que en casa, constato que me
desenvuelvo con bastante, cordura. Incluso, puedo subir las escaleras. Volver a
casa después del hospital, resulta un tanto inquietante, no sabe uno lo que se
va a encontrar después de tantos días aislado y auxiliado por unos profesionales.
En casa todo es nuevo, no hay especialistas, pero tengo a mi mujer, que es como
si lo fuera, porque yo confió plenamente en ella, en su buen hacer, ya que no
cesa de prestarme todo tipo de atenciones con ese cariño, ternura, agrado tan
propio de ella.
8 SEPTIEMBRE:tal
y como nos habían dicho llegan a casa mi amigo Ángel y su esposa, eso me alegra
y me distrae, conversamos de los detalles de mi situación, y me alegra verme
acompañado.
11 SEPTIEMBRE:hoy nos decidimos a ir a Arcos y una vez allí,
caminamos desde la plaza de España,a la plaza del Cabildo,Allí desde el balcón
de la peña contemplamos las vista asombrosas i extraordinarias de los campos y planicies
que circundan este pueblo. Hemos descansado un tiempo en el Parador de la villa ubicado en la antigua Casa del Corregidor. Regresamos a Jerez para cenar y en casa compruebo
que hoy he andado unos 6 km. Todo un
record, y sin sentirme cansado en exceso, y si muy animado, por lo que he
podido superar. Mañana iremos a cenar al hotelBarcelóMonte Castillo lo que reseño porque es algo que me
anima. Reemprendo la rehabilitación después de la peculiaridad de ayer y lo
hago animado y en la compañía de mi hijo menor que estos días los comparte con
nosotros y eso siempre es reconfortante.
11 SEPTIEMBRE:Después de unos días de inactividad vuelvo a iniciar
las sesiones, de rehabilitación que considero primordiales para mi
recuperación. Hoy me encuentro muy cansado
lo que me produce un aturdimiento y cansancio excesivo por lo que me comprueban
las constantes vitales, y me hacen un
electrocardiograma, que no muestra ninguna anomalía.
Ángel y su esposa ya se han ido y yo con la
inseparable compañía de mi mujer, sigo haciendo rehabilitación y mirando con
esperanza el futuro.
29 SEPTIEMBRE:a las 1:30de la noche me levanto y siento un gran dolor
en el pecho, y un sudor frío, Por fortuna esta aquí mi hijo Iván y junto con mi
inseparable esposa, me llevan con premura al hospital de jerez donde soy
atendido de urgencias y me diagnostican que tengo una angina de pecho, Tras
unas horas un tanto perniciosas, en urgencias,
me trasladan a planta como se dice en el argot hospitalario. Esta vez me
toca habitación compartida pero, por pocas horas, ya que al día siguiente me instalan
en la habitación 307 desde cuya ventana, puedo observar el día como amanece y
desvanece, hechos que me hacen más llevadera la estancia en este lugar y
también me alienta el tener a mi hijo cerca y el hecho de que las
personas con quienes compartimos esta nueva habitación, son muy mables y eso
hace la estancia más gratificante, si bien, estoy muy preocupado por mi esposa
que se pasa el día y la noche a mi lado y con dificultades para alimentarse en
detrimento de su descanso, en las circunstancias que les rodeaban en esos
momentos. Recuerdo los versos del poeta “Y siento más tu
muerte que mi vida….”Yo siento que me preocupan más sus vicisitudes que
mi estado, y quisiera de alguna manera aliviarla de esta carga.
3 ">OCTUBRE: sigo
en la habitación 307 he pasado la noche bastante bien. Me han hecho un TAC y
cuando lo hayan revisado ya me dirán cuándo me hacen el cateterismo.
Probablemente sea mañana. Me encuentro muy bien, muy animado y aquí con mi
mujer me siento lleno de todo lo que se puede pedir. Me informan de que el TAC
muestra resultado favorable y me avisan de que mañana, definitivamente me harán
la prueba del cateterismo.
4 OCTUBRE:otro
día más qué pasó aquí en la habitación viendo pasar el tiempo y procurando no
aburrirme para ello, he empezado a leer”VIVIR
ES UN ASUNTO URGENTE de MARIO ALONSO
PUIG” es Un libro de autoayuda y que
ofrece el apoyo necesario para afrontar los desafíos que se plantean en
nuestras vidas, proporcionándonos alegría, ilusión, tranquilidad y confianza.
Tengo la visita de un equipo de cardiólogos que me informa de que me van a
hacer un cateterismo, esto me tranquiliza algo porque por fin, voy a saber qué
es lo que me ha provocado esta nefasta situación en la que me encuentro. Después de comunicarme y prepararme
varias veces para el cateterismo, por fin hoy, ha llegado el día y el momento,
y mientras espero
que llegue la hora de la nueva
prueba me ha venido a la mente la
palabra adversidad y he buscado en
internet y he leído esta frase que me
gusta “Ante las adversidades sigue adelante. Sólo es un capítulo en el pasado.
No cierres el libro, sólo cambia la página !....ANIMO, no te dejes vencer, todo
pasa !!!. Me han trasladado a una sala para hacerme el cateterismo. Desde la
camilla observo como me hacen un ecocardiograma. Posteriormente me
hacen el cateterismo y me informan, que las arterias coronarias,las tengo muy
obstruidas por lo que me tendrán que hacer un bypass. Realmente soy ajeno a lo
que eso significa a pesar de la clara explicación de los cardiólogos. Llego
nuevamente a la habitación y allí, ya soy más consciente de mi situación, y las
personas que allí hay, me tranquilizan y ayudan a comprender mejor que a pesar
de ser una intervención quirúrgica, no comporta riesgos, y es lo mejor para mí.
Me prohíben salir a los pasillos a andar o hacer cualquier tipo de esfuerzo por
lo que deduzco que mi estado es crítico. La intervención me la harán en Cádiz,
lo que me hace pensar que será una intranquilidad y desvelo más para mi pareja
y el resto de mi familia. Me siento más inquieto a pesar de saber ya que es lo
que padezco y de que se puede poner una solución, pero eso no me evita sentir
cierto miedo, ansiedad inquietud y preocupación., Si Jorge M. Reverte dice en
su libro “inútilmente guapo” que le ha visto la cara a la muerte yo me permito
decir que le he visto la guadaña y le sujeto el brazo porque quiero vivir, y
sigo pensando que la policromía del atardecer que veo por la ventana de la
habitación nos augura un bello amanecer, como el que yo deseo a todos los que
comparten estos momentos conmigo.
6 OCTUBRE:hoy
está aquí con mi hijo Emilio, estoy muy
contento a pesar de la noticia de que me tienen que hacer un bypass, pero bueno
todo llegará y hoy lo más importante es estar aquí con mi hijo, porque eso me
da mucha fuerza y me acompaña para poder contemplar con él desde la ventana del
pasillo, la policromía del crepúsculo.
7 OCTUBRE:termina
un día cargado de futuro y lleno de esperanza un día que he compartido
felizmente con Lola y con mi hijo Emilio a más de las llamadas que he tenido de
mi amigo Ángel y esas palabras de Agustín que siempre reconfortan, hoy también
es un gran día.¡hasta mañana¡.
9OCTUBRE: He interrogado inútilmente al personal médico, cuándo será la intervención y como era
de suponer no pueden concretar nada, yaque depende de muchos factores, pero
bueno ya llegará. Un día más qué clausuro
cargado de esperanza, con el deseo de que esto termine pronto.
11 OCTUBRE:de
2018 Sobre las 16 horas me informan de mi traslado a Cádiz donde he de ser
intervenido. Llega el momento del traslado, estoy hablando por teléfono con uno
de mis hijos, cuando una enfermera me indica que he de marcharme, me ponen en
la camilla, salgo de la habitación despidiéndome de todos los acompañantes de
estos días, y le tiendo la mano al sanitario que durante estos días me ha
auxiliado, y con una sonrisa que no he olvidado, me anima y me dice que el
equipo médico que me va asistir es muy
bueno. Con esas palabras en la mente y pendiente de mi esposa me introducen en
la ambulancia medicalizada para facilitarme la atención
básica, durante el desplazamiento, y mientras hacemos el recorrido me van
haciendo un electrocardiograma, el doctor y la enfermera muy
cordialmente me informan de los cuidados que me están prestando y a mi pregunta de qué día me van a intervenir, el doctor no me lo
puede concretar ya que depende de diversos factores. Hemos legado al
hospital “puerta del mar ” de Cádiz
Salvada la burocracia soy trasladado a la
habitación 401 y allí después de hablar con las enfermeras que nos reciben muy
cordialmente, y conscientes de nuestras circunstancias y ante el estado que
presenta mi esposa deciden, que ocupe una cama conmigo en la misma
habitación lo que nos sosiega, y a ambos
nos permite descansar como no lo habíamos hecho antes. Desde la venta de la
habitación observo las fachadas de las viviendas próximas cuyas puertas y ventanas aun pareciendo
cerradas son implacables observadores y miradores de la vida local y espían las
anécdotas del momento. La luz del
crepúsculo se va afirmando envolviendo la ciudad en la oscuridad de la noche.
Me despierto después de haber tenido una pesadilla, que no describo por ser
poco notable pero sí que me hace pensar sobre el miedo que siento ante mi
intervención. Decido empezar a leer “CORAZON de EDMONDO DE AMICIS” libro que para mí tiene
una connotación muy especial.
13OCTUBRE:Me han
dado apoyo espiritual tal y como pedí ayer.
El capellán era un hombre cuarentón, un tanto escueto en palabras pero
que sabía escuchar. Eso me ha aliviado
bastante y a la vez, me ha hecho sentir más vivas las ganas de vivir, y qué el
día 15, todo va a ir perfecto, y probablemente ese mismo día, puedo seguir
escribiendo este pequeño diario qué forma parte de la ruta del ictus, si no puedo volver a escribir, alguien leerá
estas palabras o, selas dé a leer a mis hijos y que sepan que siempre les he
querido mucho y les pido si es que puedo pedirles algo, que quiera mucho a su
madre, y que no olviden nunca a Lola.Un gran abrazo y un gran beso para todos.
14OCTUBRE:
domingo, es mediodía o cómo se dice en la vida monástica,
esla hora del Ángelus e irrumpe en la habitación una doctora qué sé presenta (Nora),
y me comunica que mañana a las 8 me van a intervenir. Me quedo sin palabras,
estupefacto, atónito, y le pido que por favor se lo comunique a mi señora que
en ese momento no está conmigo, la doctora me invita a explicarme los
pormenores de la intervención y le ruego que no lo haga, soy muy aprensivo. Se
marcha con la promesa de que volverá. Poco después llega mi señora,y le
comunico la novedad y me anima, claro que el simple hecho detenerla cerca, me
da el ánimo y la fuerza que necesito en esos instantes
En la habitación, se han presentado mis
hijos acompañados de Juan Luis, una gran persona que en estos días se muestra
muy próximo. Después de comer, Iván se
tiene que ir por motivos del viaje. A últimas hora de la tarde vuelve mi hijo
Emilio y me invita a salir a caminar por el largo y sombrío pasillo de la
planta. A mitad del pasillo está el lugar de los neonatos. Ne llama la atención
de que en ese mismo lugar, se conjugue la vida y la partida. En un lugar, la
alegría del nacimiento, y a unos pocos metros la intranquilidad de la dolencia.
La compañía de mi hijo, y su charla me distrae, hablamos de lo bueno que seria,
que un psicólogo atendiera a las personas que como yo han de ser sometidas a
una intervención de esas características. Llega la hora de la despedida y nos
abrazamos con efusión, creo que más que otras veces. Nos envolvemos, con un
apretón de esos que se dan, enlazándose cada uno en el pecho del otro,
hasta que parece que se tocan los corazones. Nos soltamos y sin más palabras,
desapareció tras la puerta del ascensor. Volví a la habitación y allí estaba
ella, una vez más, y como siempre, me consoló y me dio ánimos porque solo con
verme sabía por lo que estaba pasando.
15 OCTUBRE:hoy voy a ser
sometido a una Cirugía torácica.
Hoy tengo que felicitar algunas personas, pero creo
que comprenderán que no lo haga.A las 7:30 me ha despertado el ruido de abrirse
la puerta, que ha roto el silencio del sueño en la habitación, era el enfermero,
que venía a controlar, como otras mañanas, las constantes vitales, y me ha
recordado que hoy me operan. Desde la ventana puedo ver como en los inmuebles
cercanos se encienden las luces, signo inequívoco de que sus moradores se están
desperezando y acicalando, mientras que las cocinas, posiblemente se inundan
del perfume del café recién hecho. En el cielo, poco a poco se disipan las
tiniebla de la noche, las estrellas se desvanecen, y la luna emprende su camino
de regreso. En la calle, iluminada de ambarino por las farolas, empieza el
rumor del amanecer de la ciudad, y se percibe el ruido qué hacen al levantarse,
las persianas metálica de algún comercio o local cercano, un vehículo se pone
en marcha y poco a poco su rumor se aleja a la vez que se va desvaneciendo, con
el tiempo.
A las ocho de la mañana, siguiendo el protocolo
llegan para depilarme y me rasuran todo el cuerpo, me dan un champú especial y
me ducho sin mirarme en el espejo, no quiero ver, ni recordar, la imagen
decrepita que seguramente presento, mostrando las flácidas carnes, He terminado,
y me visto con el pijama de lista blanco y amarillo, me siento en la cama junto
a mi inseparable mujer, a esperar la llegada de los camilleros que me han de
trasladar al quirófano. Mando los mensajes de buenos días, leo los que me han
mandado y escucho los buenos días de mi nieta, que con voz débil me dice
“abuelo no tengas miedo “eso me emociona y me hace pensar, que también por ella,
he de ser fuerte. Llegan a buscarme, y en la misma cama, me trasladan por el
pasillo hasta el ascensor y hasta la planta donde están los quirófanos. Bajo la
atenta mirada y compañía de mi esposa, me presentan al anestesista y su equipo, que tratan de distraerme e incluso
me brindan la elección de una canción para distraerme y elijo Mediterráneo, y
todos la empezamos a tararear. Ahora sí que ha arribado la hora, y oigo los
acordes, hasta que ha llegado, el momento que ya no recuerdo nada.Durante mi
intervención Mi familia ha permanecido en la sala de espera del área quirúrgica. Tras la intervención
quirúrgica, el doctor, les ha informado
sobre mi estado. Todo ha ido muy bien.
16OCTUBRE:No tengo conciencia de cuando me desperté de la anestesia, ni del tiempo previo a ello.
Solo sé que me despierto en una sala “La Unidad de Recuperación Pos anestésica”
(URPA) repleta de profesionales sanitarios que constato que están muy
pendientes de mi estado. Pero yo busco exasperadamente, e inútilmente a mi
familia. Inmediatamente pregunte por ellos. Eso es lo único que a mí me inquietaba en esos instantes, y recordaba
qué me decían que hasta las
8 no llegaría, pero para mí,
eso de la hora, era o estaba demás, porque
podía ver un reloj en la pared de enfrente, pero sin las gafas me era imposible
distinguir la hora. Aun, no les han dejado entrar a verme. Estoy consciente después de haberme
hecho anestesia general, y voy oyendo la conversación de doctores con otros
profesionales sanitarios, y así, he sabido que me han hecho el bypass con la
vena safena, de la pierna izquierda, para ello, me han abierto el tórax.
También y me
dan un rodillo de gasa que me recomiendan que lo tenga apretado sobre el pecho,
para proteger el esternón en especial si tengo tos. También me han dado un
inspirómetro para hacer ejercicios de respiración.
A mis pies, podía ver a un doctor con sus ayudantes,
intentando paliar el derrame que tenía
en la pierna izquierda en el lugar donde me habían sacado la vena safena. Por
fin entra mi familia y al verlos me dije: “ellos no me han dejado” como dijo
Alfonso X el Sabio en la guerra que mantuvo contra su hijo Sancho”. Y ahí
estaba ella, mi gran mujer y mis hijos. Después, del saludo habitual, y unos afectivos
y tiernos besos, alargo mis manos rugosas, y flácidas, que se estrechan, con
las de mi esposa y formamos con mis hijos, que estaban a su lado, una cadena, a
la que yo mentalmente unía toda la familia y amigos, que sabía que estaban conmigo.
Me comentan que ya han hablado con los doctores, en concreto con el cirujano,
que les ha informado, que todo ha ido muy bien, que me han puesto tres bypass
para lo que han obtenido, un trozo de vaso sanguíneo, de la pierna (vena safena) y de una
arteria del pecho. Yo me encuentro muy bien, sin dolor y con la incomodidad
propia del momento. Estoy muy bien, gracias a Dios. Casi sin percatarme, ha
llegado la hora de que se marche mi familia. Con cierta aflicción los veo transitar
hasta que cruzan el quicio de la puerta, y desaparecen tras las hojas que se
cierran solas tras ellos.El doctor y sus asistentes, siguen dedicándome sus
atenciones y me ponen los drenajes adecuados. Uno en el pecho y el otro en el
cuello y ambos conectados al mimo “recipiente” similar a un maletín.
17OCTUBRE:Segundo día de mi estancia en la Unidad de Recuperación. La noche ha sido
penosa, a veces dormía y otras me sentía en duermevelas, en una situación
irreal e incómoda por el tubo que me suministra oxigeno por la nariz. Me veo
rodeado de personal sanitario que con regularidad me toma las constantes vitales.
Creo que ha terminado la noche, más por intuición, que por la hora, o saber qué
hora era, pues sigo sin ver el reloj, pero he visto que iban entrando personal
sanitario y era tal la cantidad de personas que iban y venían que he pensado,
ya es otro día. La cama no es cómoda ni incómoda. Creo que me he acomodado a ella y a tener a mi alcance
y contra el pecho el rodillo que me han dado para protegerme. He pasado mucha
sed y de vez en cuando me daban un palo frío que mitigaba de momento, la sed.
Me indican que siga haciendo ejercicios con el inspirómetro, y eso hago mientras transcurre el
tiempo, y espero, que vuelva mi familia. Esa es mi única preocupación. Tenerlos
cerca y observar cómo están ellos, ya que yo, me encuentro muy bien, a pesar de
mi desubicación.
18OCTUBRE:Tercer día de mi estancia en la Unidad de Recuperación. La noche la he
pasado difícil, con un sueño penoso y frecuentemente interrumpido por los
profesionales, que me han estado controlando las constantes vitales y por el
personal de guardia que dialogaban entre ellos y era incapaz de hacer oídos
sordos a los comentarios. Estoy muy bien, no tengo ningún dolor y me encuentro
muy tranquilo. Constato que vivo, y eso me hace incluso pensar, que mi arrojo
es muy mediocre, y mi miedos muchos En un momento de lo que supongo primeras
horas de la mañana, pido ayuda espiritual y el clérigo se presenta diligente y
me ofrece un diminuto trozó de oblea que
ingiero sin dificultad. Es mi primer alimento solido, e incluso he podido,
beber algo de agua. Parece que todo está perfectamente. Sigo pendiente de todo
el personal que transita por la sala y atienden a los pacientes cercanos. En ocasiones oigo. “rayos en sala” y el
personal facultativo evacua la estancia y es que con un aparato portátil de
rayo X le hacen radiografía a algún paciente. Otra vez me inquieta el no tener
a mi familia más cerca, y me indican, que pronto vendrán. Por fin nuevamente,ahí estaba ella, mi gran mujer y mis hijos que
después del saludo habitual y unos cariñoso y afectivos besos, de nuevo alargo
mis manos torpes y flojas que se aprietan con las de mi esposa
y establecemos con mis hijos que están
próximos a ella, una nueva cadena a la que yo he unido toda la familia y
amigos que sabía que estaban conmigo. Ahora, invitan a mi mujer que me dé el
primer alimento sólido, un puré y un yogur que digiero muy bien. Un paso más
que me augura, que pronto abandonare este lugar. Una sanitaria me comunica que
me van a trasladar a planta. Eso me inquieta, lo estoy deseando, y desde ese
momento, cada vez que oigo o veo abrirse la puerta, ya que esto situado frente
a ella, no puedo dejar de mirar. Me informan, que cuando vea aparecer una cama,
es que ya vienen a por mí. Y así, sobre las 6 de la tarde, llega la cama y los
auxiliares que me trasladan hasta la nueva habitación, la 405, La habitación,me
gusta porque estoy al lado de una ventana desde la que puedo ver parte de
laciudad. Tengo la intranquilidad y las ganas , de ver llegar a mi familia, por
fin aparecen, con esa afectividad que tanto me gratifica. Ya estamos todos,
porque nuevamente tengo a mi inseparable acompañante a mi lado. Advierto en
todos, un rostro de cansancio, de tranquilidad, de serenidad y de satisfacción.
Todo está saliendo bien, incluso la nueva estancia, nos parece muy confortable,
ya que en principio estamos solos, a pesar de que nos informan, de que vendrá
otro paciente. Llega la tarde otoñal, y tras ella, la cena, y la hora del
descanso, pero siento un cierto malestar, arritmia, que los facultativos palían
y dicen que, es propio después de la intervención. Yo constato que es más una
cuestión psicológica mía, que una dolencia a cuidar, ya que pronto desaparece y
me entrego al descanso, casi sin percatarme de ello, al alba, ya no siento
nada.
Al amanecer constato que todos estamos más tranquilos, ya
que ella, también toma la comida del hospital si bien, persiste la incomodidad
del descanso, cubierta con una sábana, en un incomodísimo sillón junto a mi
cama, sillón yo intento alcanzar con mi mano, mientras duermo, para sentir más
nuestro vinculo. Ahora, solo a primeras horas de la mañana, y tras mi
obstinación, ella, abandona la “vigilancia” para ir a reconfortarse con esa infusión oscura denominada Café que
vigoriza y estimula y que ahora ya no es su fugaz desayuno.
19OCTUBRE:estos días me
cuesta enmarcarlos dentro de estas vicisitudes que estamos viviendo. Hoy hace
cinco días dela intervención quirúrgica, todo parece que funciona bien y sigo manifestando
y agradeciendo, todo lo que representa para Lola, el trabajo de cuidadora.
Ahora, ha de estar pendiente del líquido que ingiero. Y del que expulso.
20 OCTUBRE:Seguimos
compartiendo la habitación con esta familia, a la que nos une la
enfermedad. Hoy está lloviendo y estamos
llenos de esperanza, porque me encuentro bastante bien y mis hijos se están
acercando a estas tierras. Y de forma más próxima físicamente, seguiremos
compartiendo el pesar de la enfermedad, y la alegría, y la solidaridad, entre
los que el destino, nos ha reunido en esta habitación hospitalaria, dónde la
luz del día, también nos acompaña y nos da vida, y donde he comulgado y
agradecido al Altísimo, poder estar como estoy, mejorando satisfactoriamente.
Mi recuperación en el hospital, conlleva análisis, de
laboratorio diarios y radiografías del pecho, caminar por los pasillos, quitar
los tubos de drenaje, y el control de las constantes vitales, glucosa, y
respiración.
Hoy pienso sobre lo que he leído leo en el “alquimista” de paulo coelho pag33 y
que dice así: “Cuándo vemos siempre a las mismas personas terminamos haciendo
que pasen a formar parte de nuestras vidas y como ellas forman parte de
nuestras vidas pasan también a querer modificar nuestras vidas si no somos como
ellas esperan que seamos se molestan porque todas las personas saben
exactamente cómo debemos vivir nuestra vida y nunca tiene ideas de cómo vivir
su propia vida. Durante nuestra vida las personas nos sentimos vinculadas más o
menos a un grupo con el que realizamos una serie de actividades, convivimos y
con los que compartimos nuestras vivencias y experiencias”, y es en este caso,
como el que me ha ocurrido a mí, cuando uno se percata, que realmente, el lugar
que creía ocupar en ese entorno, no es el que pensaba.Los más allegados podíamos
decir, desaparece y a veces Obvian las necesidades que uno pueda tener en casos
puntuales. Y ahora que lo estoy viviendo, he de decir que está realidad, me
entristece, sí bien, también he podido constatar que son muchísimas las
personas, de las que he conocido a lo largo de mi vida, compañeros de trabajo,
antiguos alumnos, amigos, los que memanifiestan su apoyo continuamente. También
por ellos, no decaigo en mi lucha por rehabilitarme totalmente. Ser el que siempre
he sido o he querido ser. Hoy el capellán ha venido a verme, he comulgado y
agradecido al Altísimo poder estar como estoy, feliz y contento y rodeado, de
mis seres queridos.
21OCTUBRE:A media mañana
llegan mis hijos mis nueras y la habitación es como un aposento familiar, donde
reina la alegría y armonía. Oigo el bullicio de la calle y eso me hace recordar
más a mis nietos. Hoy también, me ha sorprendido gratamente, la visita entre
otros, de Manolo, compañero de las salidas en bicicleta. Otros ni se han
dignado a preguntar, y es que donde no hay mata no hay patata.
22 OCTUBRE:Parece que ya está próximo el
final de ni estancia en la
habitación 405, la habitación de la esquina
en donde la convalecencia, las curas, y todo lo que me ha mantenido aquí internado, parece que está remitiendo. Las
constantes vitales y las analíticas no muestran resultados adversos mañana
podría ser otro gran día y volver a casa mientras observo por la ventana, como
empieza a declinar la tarde otoñal.Un atardecer purpúreo, despide el día, en la ciudad gaditana, parte de la cual,
puedo observar desde esta estancia, donde voy a pasar una noche más.
23 OCTUBRE: Hoy me han
quitado todas las grapas que me han proporcionado el cierre de las heridas, a
pesar, de que en la pierna aun precisare de ciertas curas, que me han de hacer,
en el centro de salud local. Mientras que me han quitado todas “las costuras”
no he sentido nada de dolor, signo de que todo está bien, y de la gran
profesionalidad del personal que me ha cuidado, con notoria atención.
24 OCTUBRE:Son
poco más de las 2 de la tarde, y aquí cierro esta etapa de mi estancia en el
hospital. Me han dado el alta, a pesar de que el próximo lunes, he de retornar
para una visita rutinaria. Salgo contento, muy agradecido, y lleno esperanza. Hoy,
todo esto que empezó hace unos meses, 29 días (mal contados) ya es pasado, Ya forma
parte de mi existencia, y es una
historia de la que puedo hablar. Todo es pretérito después del 16 de AGOSTO:,
día en que tuve el ictus. El día está claro, y la circulación por la calzada
hacia Jerez, es muy fluida lo que nos permite llegar pronto a nuestra casa.
.20NOVIEMBRE: Mi hijo Iván me
ha hecho llegar este escrito cuando ya estoy en la semana 6!!! Posoperatorio. “Después
de la Operación Es habitual sentirse deprimido o triste luego de una cirugía de
corazón, especialmente después de salir del hospital. De una forma u otra, la intervención
de corazón causa efectos emocionales en todos. Efectos que pueden presentarse
de muchas formas, incluyendo, tristeza, miedo de complicaciones, sentirse
cansado, falta energía, incapacidad para dormir, y poco apetito. Estas cosas
frecuentemente no son aparentes en un ambiente energético positivo del
hospital, en donde tendrá apoyo y lo alentarán más que suficiente. Una vez que
esté en un ambiente familiar y más tranquilo en la casa y llevando su vida
normal, es común que empiece a pensar y a veces se deprima debido, a lo que le
acaba de pasar. Esto corrientemente mejora a medida que usted se sana y de que
está volviendo a la normalidad. Si estos sentimientos duran más de un mes o
dos, o no están dejando que se recupere, no dude en hablar con su médico de
cabecera”. Pues sí, yo he sentido algo de lo que aquí se expone. Me he sentido
identificado pues, he tenido mis miedos y dudas, que poco a poco, he ido
superando y despacio me voy recuperando mientras hago
rehabilitación a diario, y las pastillas son el primer plato de todas las
comidas. Tengo claro, que teniendo junto a mí a mí conyugue, todo lo voy a superar y eso es lo más importante.
Muchas gracias esposa querida.Gracias a todos vosotros, mi familia y demás, por
ayudarme a constatar que aún tengo sueños y cada día tengo esperanza, y eso es
signo de juventud. Gracias por hacerme
sentirme joven. Percibo queme alentáis para
estar mejor, No pienso defraudaros. Realmente ellos ven que mis limitaciones
cada día son menos y mi recuperación es buena, aunque es el tiempo, lo que me
aportará, una mejor salud.
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ResponderEliminarHola televidentes en línea, soy Alfonso Vázquez de México. Estoy aquí para compartir mi testimonio sobre cómo me ayudaron a recuperar a mi esposa. Fui un tramposo y mi esposa me atrapó varias veces. Traté de arreglarme y cada vez que terminaba haciendo trampa una y otra vez. Supongo que no me di cuenta de lo que ella significaba para mí hasta que me dejó sola. Comencé a encontrar una manera de recuperarla, pero nada parece funcionar perfectamente hasta que me encontré con un artículo sobre Lord Zakuza que ayudó a muchas personas a nivel mundial a recuperar sus relaciones. Me puse en contacto con él y me aseguró que mi esposa volverá a mí dentro de 48 horas con su poderosa magia y pagué 410 euros por los materiales necesarios para el trabajo. Sorprendentemente, mi esposa regresó a casa después de 3 días diciendo que todavía me ama y juré que nunca más la engañaría. Todo gracias a Lord Zakuza. Puede conversar con él en su número de WhatsApp a través del +1 740-573-9483.
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