miércoles, 10 de diciembre de 2008

UN DÍA FELIZ

Hoy, cuando tengo en la boca amarga sequedad de amanecida, con canas en las sienes y la frente llena de las arrugas que deja el paso de los años, constato que para mi no es un día normal, un día de tantos, es un día especial, es el día de mi cumpleaños, el día en que un año más constato que la vida pasa y en este día cuando apenas acaba de amanecer pienso en los muchos días como hoy que han transcurrido en mi vida. No tengo recuerdos de mi infancia soplando las velas de un pastel. Los recuerdos más cercanos los tengo de los años que pasé en el internado, aquel día no tenia ni el recuerdo ni el deseo de felicidad por parte de nadie, quizás alguna carta me llagaba, pero era un día más.
Posteriormente y al igual que hoy he sentido los buenos deseos de todos los seres queridos con quien cerca o lejos comparto mi vida, ese recuerdo, esos buenos deseos me alegra sentirlos, me alegra romper con impaciencia de niño, el envoltorio del regalo que lleva incluido un profundo sentimiento de cariño y de gratitud.
Ahora, mientras escribo este sentimiento no puedo dejar de pensar en mi padre, sin él ha transcurrido mi vida desde que cumplí diez años. Seguro que él, en este día, me manifestaba todo su cariño. ¡Cuanto recuerdo a mi padre!, como recuerdo su elegancia, su orden, su sonrisa, su exigencia, su paciencia, sus continuas enseñanzas. Él ha sido mi mejor maestro, allí, en aquellas solitarias estaciones de ferrocarril donde transcurrían mis días entretenido con los juguetes que él me había comprado o hecho, se empeñaba por hacerme aprender lo relacionado con su profesión y yo envuelto por el perfume de su cariño y su calida mirada, creo que solo prestaba atención a mis juegos infantiles y a todo lo que me enseñaba mientras caminábamos por los campos cercanos.
Hoy mientras camino por los senderos de la vida sigo poniendo vida a los años y dejo los versos extraídos de la poesía que un día de mi cumpleaños escribí a mi padre, un día que como hoy fue un día feliz

Soy producto de un sueño de tu mente,
soy hechura del fruto de tus manos
y un deseo escapado a tu esperanza,
soy cuerpo a tu alma entrelazado.

Me pusiste en la senda de la vida,
me enseñaste las primeras palabras,
en tu fuerza apoyado me sostuve
y de tu mano agarrado caminaba.

1 comentario:

  1. Quina pasada.
    No se com t'ho fas però en cada paraula o frase em provoques ganes de veure't, de parlar-te, d'abraçar-te. Et recordo sempre.
    És fantàstic que amb els teus escrits, moltes vegades expresses tot allò que d'altres no sabem o no podem dir.

    Ets la òstia!!!
    Un petó.

    ResponderEliminar