miércoles, 14 de marzo de 2012

ADIÓS ÁNGEL

Una vez repuesto de la noticia que me decía, desde el otro lado del teléfono, con la voz entrecortada y conteniendo los sollozos “El padre de Gema ha muerto”, me permito describir esa sensación de vacío de tristeza, de impotencia, de frustración que siento y me deja el saber y compartir el dolor y la pena por la muerte de un padre.
Consciente de mi ausencia física junto a los suyos en esos amargos momentos, quiero manifestar mi continuo pensamiento en ellos, en especial, en estos momentos en que también a mí se me han frustrado los deseos de poder compartir charlas y vivencias con quien considero que era una gran persona.  
Ante esta situación, nuevamente intento lo nada fácil, ponerme en el lugar del otro. Nuevamente pasan por mi mente los momentos en que he vivido la pérdida de un ser querido. Nuevamente percibo ese dolor en el pecho, ese ahogo al intentar prorrumpir las palabras. Nuevamente imagino los enrojecidos ojos por las lágrimas vertidas, por el dolor, la carencia, la frustración, la desazón, el vacío. Nuevamente pienso en el irracional o incluso racional deseo de volver el tiempo atrás. Nuevamente cavilo sobre ese sinfín de fotogramas de la vida que junto al ser querido uno ha compartido y los que en un futuro próximo o distante habían imaginado.  
El marido, el padre, el amigo, el compañero, el vecino, que últimamente se sentía con salud debilitada pero con muchas ganas de vivir, nos ha dejado manteniendo su lugar en la casa, en el paseo de cada día, en sus libros, en sus cosas de cada día, en su facebook donde figuran quienes para él eran tan significativos y unos versos que me permito transcribir.
Desde la pena y el dolor exhorto a levantar los ojos y constatar que hoy volverá a salir el sol sobre la tierra árida y seca, sobre esa tierra que hoy le acoge y da cobijo.
Adiós Ángel, hasta que el Dios, en el que creo, nos ofrezca la ocasión de  encontrarnos en su presencia.  

Cuánto horror hay de camino,
qué soledad a la vuelta,
vino el destino y marchaste
a una vida verdadera

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