miércoles, 25 de enero de 2017

LO QUE TENGO Y LO QUE NO

Hoy, y quizás con muchísimo retraso, he leído esta carta que dice así:
 “Esta carta representa el balance de mi vida. Tengo 82 años, 4 hijos, 11 nietos, 2 bisnietos y una habitación de 12 m2. Ya no tengo mi casa ni mis cosas queridas, pero sí quien me arregla la habitación, me hace la comida y la cama, me toma la tensión y me pesa. Ya no tengo las risas de mis nietos, el verlos crecer, abrazarse y pelearse; algunos vienen a verme cada 15 días; otros, cada tres o cuatro meses; otros, nunca. Ya no hago croquetas ni huevos rellenos ni rulos de carne picada ni punto ni crochet. Aún tengo pasatiempos para hacer y sudokus que entretienen algo. No sé cuánto me quedará, pero debo acostumbrarme a esta soledad; voy a terapia ocupacional y ayudo en lo que puedo a quienes están peor que yo, aunque no quiero intimar demasiado: desaparecen con frecuencia. Dicen que la vida se alarga cada vez más. ¿Para qué? Cuando estoy sola, puedo mirar las fotos de mi familia y algunos recuerdos de casa que me he traído. Y eso es todo. Espero que las próximas generaciones vean que la familia se forma para tener un mañana (con los hijos) y pagar a nuestros padres por el tiempo que nos regalaron al criarnos. PILAR FERNÁNDEZ SÁNCHEZ. Granada
Matizo que “con muchísimo retraso” porque al parecer la carta fué publicada a mediados del mes de julio de 2016. Pienso que el suceder de las noticias es tan rápido que unas eclipsan a otras, a la vez que los medios de comunicación son muy selectivos, tanto que determinadas informaciones quedan reducidas al ámbito local. No sólo me sorprende su contenido, sino que también el que se haga eco de que en facebook alcanzó en pocas horas los 3.500 me gusta y fue retweeteada 4.000 veces apuntando que la misiva conmueve a la red. ¡Que pena! Es triste que solo conmueva a unos cuantos en la red. Que pena que no conmueva más conciencias. En especial de quienes están destinados a paliar estas situaciones.
Un comentarista escribe: "El tiempo muchas veces es cruel con las personas y más con la vejez". Palabras de las que discrepo, porque para mí quienes son crueles con la vejez somos las mismas personas y la prensa, porque la hemeroteca está llena de la crueldad de las personas y más con la vejez e incluso los niños. Es evidente que los años, los tiempos, las situaciones pasan, la familia cambia, todos evolucionamos y muchas veces no nos damos cuenta, o no queremos darnos cuenta, de lo que dejamos apartado, aparcado, olvidado en residencias a quienes tanto nos importa, o debería importarnos, y a quien tanto importamos y a diario esperan saber de su familia.
Nuestros hijos han de emigrar y vivir en otros países porque el nuestro no les ofrece condiciones de vida digna. Los medios de comunicación nos permiten ver crecer a nuestros nietos por fotos, videos o vía skype. Damos la vida, con generosidad, por ellos y, en ocasiones, para nada. Algo no estamos haciendo del todo bien. Así es la triste realidad de miles de personas mayores recluidas en una residencia y que cada día sufren por el olvido de sus familias, a quienes nunca olvidan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario