domingo, 7 de mayo de 2017

EL DÍA DE LA MADRE

Personalmente me resulta un poco “atípico” que haya días concretos del año que se tributen a un recuerdo determinado, como si el resto de los días ese recordatorio quedase olvidado o inexistente. No me opongo y, si se celebran muchos días, bienvenidos sean: el de la Mujer, el de la Madre, su cumpleaños, su santo, el de la Felicidad, el de Reyes y hasta la fiesta de las flores, pero que no intenten los centros comerciales hacer negocio de un día en el que ha de prevalecer  nuestro amor, añoranza, agradecimiento, ternura....por la madre que nos guió, educó, aconsejó, consoló y veló por nosotros siempre
Según parece ser, el Día de las Madres se instauró en Estados Unidos durante al año de 1914 y es celebrado en la mayoría de países en su fecha original de imposición. Esta fecha es el segundo domingo de mayo, a pesar de que en nuestro país se celebra el primer domingo de mayo, si bien recuerdo que con anterioridad se celebraba el día de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre).
Todo cuanto escribo es pensando en ti, mamá, la única persona en el mundo a la que realmente le debo la vida, a la que debo lo que soy y quién soy. A ti, que me ayudaste a dar mis primeros pasos, atribuyo todos mis éxitos en esta vida porque tú fuiste la primera en enseñarme a afrontar los retos del día a día, los valores que conforman a la persona, así como la capacidad de tener una vida plena y hacer feliz al otro, y tantas y tantas cosas que obvio describirlas pero que no he olvidado, y que ahora me place dejar que mi mente las recuerde, deambule por el pasado, vuelva unos períodos lejos en el tiempo pero cercanos en la memoria.
Hoy desde esta página, deseo hacer un sincero y sencillo homenaje a mi madre, a la madre de mis hijos, a todas las madres que han sido y son el pilar base en la educación de los hijos. Deseo que hoy tengáis un día muy feliz y que siempre encontréis en vuestros hijos y en la sociedad el reconocimiento a vuestra entrega y dedicación a la familia, de la que sois el pilar fundamental que la sostiene.
Quiero dejar estos versos de J.M. Serrat, porque a ti te gustaba mucho, a mi también, y me llevan a pensar en aquellas tardes en que nos escribías cuando estábamos internos en el colegio o aquellas otras que esperabas nuestra visita, visita que a veces… no se daban.

Soneto a mamá (Joan Manuel Serrat)
No es que no vuelva, porque me he olvidado
de tu olor a tomillo y a cocina.
De lejos, dicen que se ve más claro,
que no es igual quién anda y quién camina.
Y supe que el amor tiene ojos verdes,
que cuatro palos tiene la baraja,
que nunca vuelve aquello que se pierde
y la marea sube y luego baja.
Supe que lo sencillo no es lo necio,
que no hay que confundir valor y precio,
y un manjar puede ser cualquier bocado
si el horizonte es luz y el rumbo un beso,
No es que no vuelva porque me he olvidado:
es que perdí el camino de regreso,
Mamá...

No hay comentarios:

Publicar un comentario