jueves, 22 de febrero de 2018

EL PLÁSTICO EN NUESTRA VIDA

Los materiales plásticos son aquellos que pueden ser moldeados y adoptar formas permanentes sin romperse. Pero a finales del siglo XIX, se designan, de forma genérica, con el nombre de plásticos, los materiales sintéticos con unas características muy particulares obtenidos generalmente del petróleo.  En concreto Alexander Parkes (1813 - 1890) en 1856, patentó Parkesine, el primer plástico, material, que  anticipó muchos de los modernos usos estéticos y de utilidad de los plásticos.
Después de esta reseña histórica quiero exponer que no pretendo dar una lección sobre este material, pero si expresar que a pesar de que el plástico está en nuestra vida, muestro mi total rechazo a la forma de abandonan o tratar estos materiales una vez utilizados. Abandono que provoca que haya plástico en el aire que respiramos,  en el agua de los manantiales, en la que bebemos y también en los alimentos. Tratamiento que repercute muy negativamente sobre el medio ambiente ya que, el vertedero sigue siendo el destino mayoritario para todo el plástico que se desecha alcanzando el 65%. en España. Estos datos me hacen pensar que no se tiene suficiente conciencia de la importancia de las tres R (reducir, reutilizar, reciclar) a pesar de que todos solemos quejarnos, no parece que haya intención de paliar este mal que a todos nos afecta.
Me preocupa ver tantos plásticos “flotando” sin control por doquier. Me inquieta ver tantas bolsas de plástico en comercios y como “alegremente” las utilizamos a pesar de que nos las cobren.  Me alarma ver imágenes, especialmente en TV, que muestran desechos plásticos por lugares como: mares, ríos, montañas, playas, entre otros, que afectan, de forma negativa, al hábitat, a la flora y fauna del lugar. Me indigna que directamente o indirectamente se me haga culpable de un mal tan preocupante como si los consumidores fuéramos los únicos culpables  de esta situación, aunque reconozco que no todos tienen la misma conciencia al respecto.
Creo que desde el siglo XIX hasta nuestros días ha habido tiempo más que suficiente para investigar, buscar y fabricar plásticos o materiales similares menos contaminantes. Los gobernantes han tenido tiempo más que suficiente para legislar más y mejor al respecto y no limitarse a poner tasas “pagar” para disuadir de la utilización de los plásticos, cosa que no siempre se consigue.
Con frecuencia nos ponen de ejemplo otros países y nos comparan con ellos pero pocos ponen en marcha medidas como: favorecer los supermercado donde uno puede elegir las cantidades exactas que desea de un ingrediente, donde no hay empaques que impidan ver la calidad del producto y en el que uno puede comprar sin generar un basurero de envases en los hogares o dañar el medioambiente. 
Sería de desear que nuestro país formara ya parte, de los más de cuarenta,  en los que se aplica un sistema de retorno de envases incentivado dentro de los supermercados o comercios en los que se venden bebidas. En este país al parecer, el sector empresarial ni el gubernamental, están mucho (nada) por la labor. Hace años que esto se hacía pero paradójicamente hemos retrocedido.
¿Cambiaremos algún día? Mientras esperamos el cambio podemos tomarnos un café de máquinas con cápsulas y pensemos que hacemos con estas capsulas. Un residuo más, en nuestra vida, que no se reduce, ni se reutiliza ni se recicla.

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