En este día, el Dios sol, retrasa su
salida en las horas tempranas del día, apagando el alba, sabedor de que su recorrido de hoy, equinoccio de otoño, será diferente al de los ortos estivales.
Iniciamos el otoño dejando un estío de
sol abrasador, tórrido, impío, deslumbrante. El sol que ha desbastado la
hierba, marchitado las flores, secado los insectos y transformado en ceniza las
secas hojas caídas de los árboles. Sol que nos ha inducido a playas, piscinas, ríos
o charcas donde buscar el refresco placentero que el agua nos confiere. Estío que
en las tardes nos ha abocado al sopor, a
la sombra y a dejar las calles vacías.
Desde los caminos polvorientos
contemplo como los girasoles han cambiado su radiante verde por un color marrón
que muestra que han terminado su ciclo de vida, que se han secado.
Desde los caminos polvorientos constato
que el maíz muestra sus tallos en forma de caña transformando el color verde
por el dorado que indica su maduración
dejando ver las panochas con sus penachos de color amarillo oscuro.
Desde los caminos polvorientos percibo
que la vendimia deja a las vides exentas del fruto mientras las flores del algodón
de color rosados
o purpúreos hasta blanquecinos/amarillentos se convierten
en frutos blancos y fibrosos que destacan entre los tallos verdes de la planta.
Desde los caminos polvorientos observo que ya han madurado las azufaifas mientras se amaríllenla los membrillos y la granada se enrojece. Muestras inequívocas de que las noches de libra nos avecinan al otoño mientras la campiña está cambiando su vestimenta de verano por la del otoño.
Este otoño incipiente, que en principio no es frío ni lluvioso, nuevamente ira vistiendo los campos con armónico manto multicolor mientras los árboles se irán despojando de sus hojas y esperaremos una vez más, los compases del invierno con sus algazaras y familiares conmemoraciones.
Desde los caminos polvorientos observo que ya han madurado las azufaifas mientras se amaríllenla los membrillos y la granada se enrojece. Muestras inequívocas de que las noches de libra nos avecinan al otoño mientras la campiña está cambiando su vestimenta de verano por la del otoño.
Este otoño incipiente, que en principio no es frío ni lluvioso, nuevamente ira vistiendo los campos con armónico manto multicolor mientras los árboles se irán despojando de sus hojas y esperaremos una vez más, los compases del invierno con sus algazaras y familiares conmemoraciones.
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