domingo, 26 de mayo de 2019

PENSAMIENTOS-3


LUZ

Luz, del latín Lux. Luz que me permite caminar en las tinieblas, luz que no me deslumbra ni me encandila. Luz que me muestra la vida.
Luz cenital, blanca, cerúlea o ambarina, brillante o tenue.
Luz que a mis ojos da vida.
Luz que puedo vislumbrar en ala alborada o el crepúsculo
Que fortuna la mía, aun puedo ver, e incluso, creo que tengo claridad de mente que me permite decir que tengo prolíficas luces. Aun me siento capaz de reponerme y seré capaz de extinguir las luces fatuas de mi memoria.

LA HORA
Desde el despertar, esperamos que llegue. Puede ser inoportuna inesperada, desacostumbrada o desafortunada. y que llegue cautelosa, precisa, sin anticipos ni retrasos, Que llegue en el momento cabal, Y no se detiene y queda determinada en la vida, para una acción concreta. A todos en su momento llega, puede ser un momento indeterminado, o fragmento de la línea equinoccial
 Y cuando llega el instante, el sonido del gong invade el salón, es una hora más de la realidad de algo


>Gong
TU
Tú eres toda mi verdad.
Tú eres la razón de mi despertar.
Tú haces que mi  arrojo se reanime con tu luz
Tú apagas mis noches. Tú enciendes mis días cada alborada.
Tú eres el motivo de mis insomnios  
Tú eres mi luz en la noche o en las tinieblas.
Tú eres el faro que me guía en el mar de mi existencia.
Tú pones luz en mi camino.
Tu eres mi día
Tú eres el albor de mi vida,

Tú eres la voz que me calma.
Tú eres mi sonrisa.
Tú enjugas mis lágrimas.  
Tú eres la estrella que me guía
Tú eres mi esperanza, mi continuar.
 Tú eres la razón de mí existir.
Tú me haces brotar de la nada, remozar de las hondonadas. Tú pintas de colores mi amaneceres y de luz mis días..
Tú pintas de azul y verde mis jornadas desde la aurora hasta el anochecer       
Tú eres mi inspiración.
Tú eres mi cayado, mi báculo, mi muleta que me permite continuar avanzando por el sinuoso camino de la vida. Tú eres mi perenne compañía.  



SOY DE MAR  

Digo que soy del mar porque: Soy un viejo nacido en el arrabal de la ribera, allí adquirí alma y cuerpo de marinero  con hedor a mar.  Fui grumete, al cargo del botalón en un laúd., al arrimo de la mesana y cubierto con un foque, y por almohada una nasa, me salvé de las noches de borrasca, de torva y pude evitar el salsero. El mar me ofreció vianda, trabajo, arrimo, esperanza, me dio vida, curtió mi piel y me perfumó de maresía, de sal y libertad.  

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