miércoles, 22 de octubre de 2008

NUEVO DÍA, NUEVO PENSAMIENTO

Hoy, cuando aun no había amanecido y me disponía a prepararme para mi paseo matutino en bicicleta la lluvia, una vez más, me lo ha impedido.
Ha dejado de llover y me decido a salir con la bici, el cielo tiene un color plomizo con ínfimos claros azulinos. La carretera está bastante seca, el aire húmedo me refresca y decido meterme por caminos donde los charcos no me impiden circular, en un punto del camino se me plantean dos opciones seguir o volverme. Sigo y para ello he de meterme en el fango, creía que había menos pero uno de los pies se me ha quedado oculto bajo el lodo mientras el otro, haciendo equilibrios lo mantenía menos embarrado, la bicicleta se me ha hecho pesada con tanto barro. La lluvia de los últimos días ha hecho estragos en los campos, en los caminos, en las carreteras, los campos están anegados, el algodón aun por recolectar muestra los efectos de las lluvias de los pasados días.Mientras circulo veo pequeños arroyos donde corre el agua teñida del color de la tierra y mi mente me lleva a pensar en mis años infantiles. En los arroyos dejábamos navegar pequeños trozos de caña, de palos o la billarda que llevábamos en el bolsillo de los pantalones junto a otros objetos de nuestros juegos infantiles. El agua arrastraba nuestro “barco” y empezaba la competición, cuando se atrancaba en el camino con un endeble palo intentábamos ponerlo a salvo mientras nuestros pies se mojaban con el agua de la orilla. A veces la corriente arrastraba nuestro “barco” hasta que lo perdíamos de vista y volvíamos a reiniciar el juego ajenos a la reprimenda que nos esperaba en casa por llegar con los zapatos mojados. Como dice Serrat en su canción era un “barco” sin nombre, sin patrón y sin bandera navegando sin timón donde la corriente quiera.Al final, el día se ha ido abriendo y mientras regreso a casa sudoroso y salpicado de barro el cielo se ha ido tornando azul, un azul débil de otoño, pero azul, como en la rima Gustavo Adolfo Bécquer. “Tu pupila es azul”


Tu pupila es azul, y cuando ríes,
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul, y cuando lloras,
las transparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre una violeta.

Tu pupila es azul, y si en su fondo
como un punto de luz radia una idea
me parece, en el cielo de la tarde,
¡una perdida estrella!

1 comentario:

  1. me a gustadoo muxo este texto!!
    yo no suelo leer textos de blocs pero estee me lo he leido desde la primera palabra hasta la ultima!
    por cierto los dos años que te he tnido como profesor he llorado tanto como reido i gracias a eso soy la persona que soy aora! gracias!!

    A.

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