domingo, 2 de marzo de 2014

EL DEBATE DE LA NACIÓN

Durante el advenir de los días hay hechos que pasan y se quedan olvidados en el paso del tiempo y he pensado dejar constancia aquí del vigésimo cuarto debate de la nación de la democracia, que se inició el pasado  egún el último barómetro del CIS –la clase política es el tercer problema en preocupación para los españoles. Desinterés y preocupación  que según declaraciones del juez Pedraz –la clase política está en decadencia-; será por la corrupción política, por los privilegios, porque apoyan a los bancos y abandonas a los ciudadanos. La corrupción, las prebendas, los privilegios, el compadreo con el poder económico o la falta de soluciones, son, mayoritariamente achacables a los políticos que gobiernan.  
Como era presumible, el presidente del Gobierno centró su discurso en subrayar la mejora de la situación económica con argumentos que rebatieron todos los grupos de la oposición.
Los líderes opositores afrontaron el debate con el firme propósito de desmontar el escenario económico idílico que el presidente describió  pero que es irreal según se palpa por el efecto de las políticas de austeridad que han significado el destrozo sobre las clases menos favorecida. El aborto, ETA, Ceuta o Cataluña formaron parte mínima del guion, al que no le faltaron, anuncios de bajada mínima e insignificante de impuestos, que hacen pensar en una estrategia pre electoral. El guión no incluía el tratar los temas sociales, el paro, los recortes, la corrupción, la justicia, y aquellos que realmente afectan a gran parte de la ciudadanía, a esos que ellos definen “sus votantes”.
El jefe del Ejecutivo mostró su soberbia, ignorancia, mentiras, criticas absurdas, y distorsión de la realidad de un país donde la desigualdad entre las clases sociales cada vez es mayor. Recortes y reforma que, unidas a las del sistema de pensiones y a la del marco de relaciones laborales, han provocado un menoscabo sin precedentes de los derechos sociales de la ciudadanía. Pero de esto no se habla, solo se mencionan grandezas y vanas promesas. Salir del túnel significa encontrar un paisaje diferente al de la entrada, por eso los derechos alcanzados en todos los campos (educación, sanidad, justicia, derechos sociales…) no volveremos a tenerlos.
Asignan algunos “profetas” de medios de comunicación, sin datos tangibles, más subjetivo que objetivo, con más pasión que razón, que el ganador del debate ha sido, como no podía ser de otra forma, el presidente del Ejecutivo. ¿Tiene esto una gran relevancia? Quienes han de ganar son los ciudadanos que a tenor de lo que se expuso en el parlamento saben, constatan, sufren, que no se deja de  vociferar, de pregona, de auguran una recuperación eminente, sin duda que será así pero, una vez más, para los de siempre y es que la clase política, entre otras cosas, debería saber que “Oír no es lo mismo que escuchar”
Aplausos, algarabía, cuchicheos, felicitaciones, sonrisas partidistas, cual si de una función vodevil se tratara, cerraron el espectáculo con más pena que gloria.  

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