sábado, 23 de abril de 2016

AL PRÍNCIPE DE LOS INGENIOS, CERVANTES

Para mí, un erudito a la violeta, no puedo ni quiero dejar pasar esta fecha en la que todo el país, para bien, dedica parte de su vida e información al Día Internacional del Libro y  a conmemorar al que fue,  ha sido y será, quizás, uno de los más grande de la literatura universal haciendo que su obra, “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, sea como todos sabemos, la obra más destacada de la literatura española y una de las más importantes de la literatura universal.
Es el único libro en lengua castellana que forma parte de la lista de los 20 libros más traducidos de todos los tiempos. Las aventuras del inmortal caballero Alonso Quijano y su escudero Sancho, han sido traducidas a 48 idiomas, pero ignoro si en este número de traducciones se incluye que está también en catalán, euskera, gallego y en la lengua asturiana. Incluso hoy parece ser que ya está en 17.000 Tweets y posiblemente, en la memoria de algunos esté aquella famosa serie televisiva de dibujos animados “Don Quijote de la Mancha” que popularizo la canción infantil “Sancho Quijote”.
Desconozco si esta universal obra existe en cuentos y formas adaptados a los más pequeños, ya que esa voluminosa obra entre mis manos, nunca fui capaz de terminarla y como todos me quede con el recuerdo de “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero…”, si bien, algunas frases sueltas son una gran lección:
“Los deseos se alimentan de esperanzas”.
“Tanto vales cuanto tienes, y tanto tienes cuanto vales, Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una abuela mía, que son el tener y el no tener” 
 “No importa el resultado sólo el esfuerzo vale”
y algunas más que por no caer en pedantería o presunción no transcribo, pero que siempre valen en el quehacer de la vida. Lástima que para algunos no sea lección sino unas simples “pamplinas”.
Recuerdo que en mis años de estudiante, al conocer la época denominada “El Siglo de Oro español”, me llamó la atención la coincidencia de las fechas de la muerte de Cervantes con la de otro grande de la literatura universal, William Shakespeare. Recuerdo haberme aprendido de memoria  (en aquel tiempo se memorizaba)  la obras de Cervantes, La Galatea, Novelas ejemplares, Los trabajos de Persiles y Sigismunda y la importantísima por excelencia El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
Ignoro si hoy en las escuelas se habla del Siglo de Oro español, esa brillante época de creación artística que nos dejó el legado de tantos ilustres pintores, músicos, filósofos, escultores o escritores, entre otros, el del satírico y burlesco Francisco de Quevedo, el del culteranismo de Góngora, la mística de San Juan de la Cruz, o Santa Teresa de Jesús, el del teatro de Pedro Calderón de la Barca  y  el “Fénix de los Ingenios” (Lope de Vega), y el del gran “Príncipe de los Ingenios”, Cervantes, del que conmemoramos el cuatrocientos aniversario de su fallecimiento aunque su obra sigue viva entre nosotros.  

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