sábado, 1 de octubre de 2016

LOS JARRONES CHINOS

Probablemente quienes lean este “articulo” recuerden la popular frase que el ex presidente del Gobierno, Felipe González, empleó para referirse a los ex presidentes una vez que abandonan sus posiciones de poder. Decía así: “Somos como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. No se retiran del mobiliario porque se supone que son valiosos, pero están todo el rato estorbando“. Tanto él como sus sucesores al frente de la Moncloa, en especial José Mª Aznar,  se han encargado de corroborar esa semejanza con distintas manifestaciones o “florituras” que les han destinado a sus respectivos partidos y a los dirigentes de estos.
Es innegable que su experiencia al frente del ejecutivo les permite tener unos conocimientos impropios de otros “mortales”. pero hacer determinadas manifestaciones, bajo mi punto de vista, es más una manifestación de prepotencia, de arrogancia, de sobervia que una recomendación de ayuda para sus correligionarios. Aznar en varias ocasiones, que se pueden contrastar en la hemeroteca, ha situado  en un brete a su sucesor en la Ejecutiva, a su partido y a su sucesor al frente del mismo, Mariano Rajoy. El ex presidente, en multitud de ocasiones ha manifestado, ha desprestigiado, ha puesto en tela de juicio las técnicas de determinados dirigentes populares prácticamente desde que dejó su cargo al frente del PP, ganándose así detractores y adeptos.
Los dardos contra quienes les han sucedido en sus cargos no son patrimonio exclusivo del ex presidente “popular”. Quien se popularizó con la teoría de los jarrones chinos, Felipe González, no ha dejado de hacer declaraciones "sabias" desde que desapareció de la primera línea de la política. González arrastró en su caída a Alfonso Guerra, acometió en su día contra uno de sus ministros más fieles: el ex secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba. Ayer nos dejo una puya más al decir:  "Yo hablé con Pedro Sánchez porque él me pidió que nos reuniéramos después de las elecciones del 26 de junio. Y el 29 de junio me explicó que [el PSOE] pasaba a la oposición, que no intentaría ningún gobierno alternativo y que votaría contra la investidura del Gobierno del PP, pero que en segunda votación pasarían a la abstención para no impedir la formación de gobierno. A mí no tiene que darme explicaciones, pero me siento frustrado, engañado... Realmente me siento engañado porque me dijo que iban a hacer una cosa y luego fue otra”. Puya capaz de provocar una herida en el PSOE que tarde muchos años en cerrarse y de infectar a quien se la clave.
Quizás el ex presidente ha olvidado sus promesas sobre la OTAN, las reconversiones, la corrupción durante su mandato o el caso GAL, Eso nos decepcionó, nos hizo sentirnos frustrados, engañados a muchos españoles, algunos de los que ahora intuimos que los próximos dirigentes del PSOE serán lacayos, súbditos,  afines al ex presidente. Eso sí, diciendo que ellos estarán donde quieran los compañeros, en la cabeza o en la cola, diciendo que lo hacen por el PSOE, sus afiliados, simpatizantes, votantes y como no, por el bien de España, la España que parece seguir siendo  de charanga y pandereta.
Ex mandatarios, mandatarios, muestren sabiduría recordando que: "El primer grado de la sabiduría es saber callar; el segundo es hablar poco y ser moderado en el discurso”. (El arte de callar Abate Dinuart)

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