La
radio marco mis años de la infancia, de la juventud y aún los sigue marcando
ahora. La radio me ha facilitado la prontitud de la información, de la música
de actualidad y de antaño, me ha ayudado a desarrollar la imaginación, astucia
y facilitado la distracción en las horas de ocio, de estudio, especialmente
mientras dibujaba y en las eternas horas de corrección de exámenes y ejercicios
de alumnos.
Como
probablemente es el caso de mis coetáneos, la radio, apareció un día en mi casa
y sin apenas percatarme de ello. Era mi
padre quien se apostaba frente al receptor radiofónico, le daba al interruptor,
se encendían las lámparas, las bujías, se iluminaba los nombres de las emisoras
y desplazaba el dial buscando la emisora deseada como si estuviera navegando en
las modernas webs de hoy en día.
Durante
la emisión, nos mandaba callar en especial cuando estaba buscando en “onda
corta” “Radio España Independiente Estación Pirenaica” (La Pirenaica), emisora
clandestina, crea a instancias de Dolores Ibárruri, (la Pasionaria) que emitía la principal información
radiofónica en oposición al régimen de Franco.
En
otras ocasiones mi padre nos instaba a sentarnos frente aquel “armatoste” y oír
programas como “El teatro invisible de Radio Nacional de España. Emisora que
una vez terminado el diario hablado de las diez de la noche decía: “Bajen el
volumen de sus receptores, cumplirán con un deber ciudadano y comprobarán que
la audición es perfecta”.
De
mi edad infantil recuerdo programas como el cuento infantil, “Tambor” según argumento
de Armando Matías Guiu, Matilde Perico y Periquin. En tono de comedia costumbrista “Matilde,
Perico y Periquín” del guionista Eduardo Vázquez narraban la vida cotidiana de
una familia típica española, siendo Matilde Conesa, Pedro Pablo Ayuso y Matilde
Vilariño las voces que daban vida a esta familia española a la vez que la
canción del Cola-Cao inicio su popularidad dado que era la empresa Nutrexpa patrocinadora
la emisión.
Las
tardes hacían sintonizar el receptor radiofónico
con las famosas “radionovelas” cuyo guionista principal por antonomasia era
Guillermo Sautier Casaseca que junto a Rafael Barón escribió el serial "Ama
Rosa", siendo las voces que daban vida a los protagonistas de esta
radionovela Julio Varela, Juana Ginzo (Ama Rosa), José Fernando Dicenta y
Matilde Conesa entre otros y que se convirtió en un auténtico fenómeno sociológico
en su momento.
Aun
recuerdo sintonías como la del “Consultorio de Elena Francis” uno de los programas más representativos de la
radio “para mujeres” durante la dictadura de Franco y que en tono moralista y
conservador daba respuestas a las consultas de las mujeres que solicitan
consejo a Elena Francis, con casos de lo más variopinto.
Y
como inolvidable, para mi, es la sintonía del programa radiofónico “De España para
los españoles” que la memorable María Matilde Almendros emitía desde Radio
Nacional. Un programa que llegaba al corazón de los emigrantes españoles
poniendo en contacto a sus familiares y compartiendo sentimientos en época de
grandes dificultades y distintas realidades. En aquel programa y a petición de
los radioyentes sonaban canciones populares del fallecido Manolo Escobar.
Otros
recuerdos de programas, de sintonías o emisiones quedan más vagos en mi mente si
bien permanecen los que hacían referencia a anuncios de marcas que hoy siguen
siendo conocidas multinacionales como Coca-Cola, Gillete, Cacaolat, o Danone.
Frente a otras que marcaron época en España pero que hoy apenas resuenan en la
nostalgia tipo Geyper, Sopa Prisa, Calmante Vitaminado, Vespa, Juanola, Orbea, Texton,
Okal, Norit, Eko…
Sin
pretenderlo, pero a la vez, sin obviarlo he dejado que mi memoria deambule por
el pasado, vuelva a unos períodos lejos en el tiempo pero cercanos en la
memoria.
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